Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)

mornings with!¡ Buda

Las mañanas no eran, y jamás serían, el punto fuerte de nadie, inclusive de los dioses, las mañanas eran tortuosas, atrapantes para simplemente volver a dormir y despertar en un par de minutos (u horas) más.

Buda no solo despertaba siendo un manojo de pelos a lo largo de toda su mullida almohada de ceda, despertaba con sueño y de mal humor, y eso la mayoría de las mañanas, dependiendo de la hora, la cara de Buda sería mejor o peor, el Dios rebelde simplemente deseaba dormir un poco más, con pesadez en los ojos y un sabor salado en la boca, la mañana no era el momento ideal ni deseado de Buda en absoluto.

En cambio, la diosa protectora del Oráculo y portadora de los milagros a todo aquél que llegara a él, Orube, estaba acostumbrada a despertar y empezar su día desde temprano, siendo este plan, la mayoría de veces desde que había aceptado la propuesta amorosa del Dios, un fiasco debido a que no se lo permitía, volviendo a recostarla de un tirón, atrapada a su lado como peluche, y mimada hasta dormirse.

Buda pensaba que Orube era la criatura más hermosa del universo, era simplemente espectacular, un bombón, solo que odiaba su rutina mañanera y era su enemiga mortal.

Cuanto los primeros pájaros comenzaban a cantar y el sol comenzaba a asomar, el suave movimiento del colchón de la cama en los aposentos de la pareja se hacía presente, junto a un bostezo largo, unos cabellos cortos y violetas como la noche se levantaban desordenados, junto a un estiramiento mañanero, Orube había por fin despertado.

Posando un beso en la mejilla del dios a su lado, él cual suelta un gruñido, se levanta a abrir las cortinas de par en par, con entusiasmo de empezar otro día.

Abriendo la ventana, respira y siente el aire fresco mañanero, mientras la luz tenía paso libre en la habitación, dandole directamente a la figura que se había despertado con tanto movimiento, seguía sentado en la cama, durmiendose sentado.

No se despertaba fácilmente, pero siempre estaba alerta a cualquier movimiento de su amor.

-Que bello día nos ha regalado el universo hoy...-dejando a una mariposa del jardín posar en su dedo, sonríe agraciadamente, luego de observarla por un rato, la deja volver a las flores, volteando, se encuentra con un Buda con la bata caída, el pelo desordenado, 2 colmillos asomándose de sus labios inferiores y 2 ojeras marcadas.

Buda también había despertado, o algo asi, de su profundo sueño, y la miraba fijamente, intentando decirle telepaticamente que volviera a dormir.

-Son las 6 de la mañana, ven aquí. -hablando con voz recién despertada y bostezando, realmente quería, no, necesitaba volver a dormir.

Riendo y acercandose lentamente, es tomada con lentitud entre sus brazos y sentandola en su regazo, se esconde en su pecho, soltando quejidos como niño pequeño.

Riendo ante su actitud, y como se estaba volviendo a dormir, intenta ordenar su cabello, pero solo es detenía por la mano de Buda, el cuál ahora había vuelto a mirarla.

-Eres malvada...

-¿Mmh? ¿Yo? ¿Porqué yo, querido?

-Me despiertas temprano...-Bosteza, cerrando los ojos, durmiendose de nuevo.

Siendo un momento tierno e íntimo, acaricia su rostro y cabello mientras lo dejaba descansar otra vez, un momento pacífico, quieto, claro, hasta que Buda con un bostezo sonoro decide quitarla de encima, en un rápido y fuerte movimiento, tirarla al lado suyo y volver a recostarse, volviendo a atraerla a su pecho como un peluche.

-Así está mejor...-besa su cabello, acariciandolo- ahora duerme otra vez, es temprano.

-Pero...

-Sh.

-El oráculo...

-Sh, dije.

Antes de poder seguir rechistando, Buda la había besado profundamente, con sueño, pero capturando bien sus labios entre los suyos, para que, al soltarla, cayera dormido en su espalda profundamente, al rato, ella también lo había acompañado, agradeciendo cada momento con el dios a su lado.

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