Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)

!¡especial:Raiden!¡

Escribir historias era una tarea difícil, más cuando la tarea no acababa en solo escribirla, sino también ilustrarla, y eso era la tarea más difícil que tenía, aunque no imposible, si era difícil.

El diseño de los personajes, los diálogos, las personalidades, intentar que no quedara vacío, que los personajes salgan igual en cada posición que se requería, era una tarea que podía dejar exhausto a cualquiera, aunque con la energía que tenía, había podido superar las adversidades bien.

Era todo por pura diversión, le gustaba divertirse, aunque se tomaba las cosas en serio cuando eran necesarias.

El comic debería ser lanzado pronto, las noches en las cuales no había pegado ojo, las latas y botellas de bebidas energéticas eran recurrentes en su basura, las veces que había rediseñado y tirado hojas completas a la basura, todo iba a valer completamente, siempre lo hacía, hacía su mejor intento para que así, quien comprara el nuevo libro, disfrutara y tuviera una experiencia placentera, tanto como la que ella había tenido haciéndolo.

Solo le faltaba terminar unos pequeños detalles, y estaría listo para terminar y firmar, muy pocos, pulir algunos rostros y releerlo, había puesto sangre, sudor y lágrimas, debía ser la mezcla del éxito.

Las noches gastadas en diseñar, pulir, detallar hasta los nombres de los personajes así eran acordes a la historia eran importantes, cada uno tenía un significado y cualidad diferente, un pasado pacífico o trágico que los hacía ser quienes eran en la historia, lo era simple, podía parecerlo, pero no lo era en absoluto.

Era una historia épica, con planos y fondos espectaculares, ni hablar de los personajes, cada uno tenía su apartado especial, realmente no parecía que mostraba preferencia por ninguno y todos recibían por igual.

Aunque, de nuevo, aparecía.

No podía decir que tenía favoritos pero si los tenía, Raiden era uno, el máximo favorito, que lo alzaba como si fuera casi Dios y el mejor de toda la historia.

Su pasado, sus virtudes y errores, su condición física, su físico, todo estaba detallado con lujos de detalles para así hacer al mejor sumo de la historia, y no uno convencional, de los gorditos que peleaban a manotazos, un buen y gran luchador valiente, reflejaba un poco lo que le hubiera gustado ser, pero eran detalles aparte, Raiden era especial, era único, ningún dibujante había podido hacer lo de ella, y esperaba así, por lo tanto, que el público apreciara a su gran bebé.

Jamás había tenido entrenamiento físico, de hecho, había sido educada en casa por años, descubriendo así, su gran fascinación por 2 cosas:

Dibujar.

Estar en su hogar sin salir por mucho tiempo.

Y lo hacía visible en sus ilustraciones con tanto trabajo, se notaba el talento que tenía para esa actividad y no para otras que si le hubiera gustado hacer, pero lo disfrutaba porque era lo único que si sabía hacer bien.

Raiden era un espejo distorsionado de lo que le hubiera gustado ser, una exageración de lo mismo, una exageración con otra vida, otros talentos, totalmente diferente, esperaba que pudiera ser querido por el público general y no fuera olvidado.

El reloj asomaba las 3 A.M, sonando, marcando la hora en donde debía parar, tomar un respiro, dormir y volver al otro día, era una lástima, casi terminaba, pero el descanso era necesario, así podría hacerlo bien cuando el sol saliera otra vez.

Dejando reposar su lápiz y su mano, se dedica a irse a recostar en su cama, pensando en como iba a seguir su historia y en qué comería al día siguiente, le importaba demasiado que saliera bien, no podía relajarse mucho, solo dormiría hasta las 6 seguir, debía ser un trabajo constante.