!¡especial:Hermes!¡

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Escribir historias era una tarea difícil, más cuando la tarea no acababa en solo escribirla, sino también ilustrarla, y eso era la tarea más difícil que tenía.

El diseño de los personajes, los diálogos, las personalidades, intentar que no quedara vacío, que los personajes salgan igual en cada posición que se requería, era una tarea que podía dejar exhausto a cualquiera.

Más era la presión sobre los hombros cuando ese mismo proyecto era uno de tus sueños.

El comic debería ser lanzado pronto, las noches en las cuales no había pegado ojos, a una luz cerca de los papeles que conformaban una historia a medio hacer, las noches en vela, las pastillas que se le habían sumado en ese periodo, los dolores de espalda y los colores gastados iban a valer la pena pronto, o eso era su mayor aspiración, lo había promocionado mucho, deseaba que su esfuerzo valiera la pena y diera sus mejores frutos, y estaba segura de que iban a darlos.

Era raro que una señora mayor de su edad estuviera escribiendo y haciendo un cómic, pero con sus fuerzas y alegrías, tanto como su cuerpo lo permitía, tenía aún estamina para levantarse de la cama y dibujar.

Había sido su actividad favorita por toda la vida, durante sus estudios hacía ya más de 40 años, recordaba aún los regaños por dibujar en clase, era una niña muy extrovertida, que adoraba tocar instrumentos y, sobre todo, inventar historias y dibujarlas.

En sus últimos años de vida, cuando la enfermedad y el cuerpo ya pedían un descanso, se había propuesto hacer por fin lo que jamás había podido hacer, un cómic.

Mientras su alma y recuerdo resistiera, cumpliría esa meta costara lo que costara, aunque sus doctores le habían dicho que tenía que descansar, el espíritu de esa joven muchacha jamás se había ido, y le estaba tomando factura a esa vieja, la cual ahora disfrutaba de hacer cada uno de los personajes, diálogos, escenarios, todo, era un sueño que aún debía cumplir, sobretodo ante la venida de su amiga muerte, la recibiría como a una vieja amiga, pero tenía que esperar a que lo hiciera.

Dejando el lápiz en su mesa, admira tu nuevo panel dibujado, había tardado 3 noches haciéndolo, estaba feliz, muy, poco a poco se hacía más difícil el completar las páginas que le quedaban por hacer, pero debía seguir.

A las 3 A.m, la lonjeba señora poco a poco tenía cada vez más y más pesades en sus párpados, en todo su cuerpo, cada vez estaba más dormida, cosa que no deseaba, pero no podía evitarlo, nisiquiera había tomado pastillas para el sueño, se sentía rara, demasiado rara.

Cerrando los ojos, ya sin poder resistir a no hacerlo, el cansancio la había vencido.

Luego de perder cualquier tipo de conocimiento, se estaba despertando lentamente, sin prisa, esperando estar con un dolor de espaldas matador, a nadie le hacía bien dormir sentados, pero para su sorpresa, se encontraba recostada en una cama, en un cuarto al cual no pertenecía.

Y era bellísimo.

Levantandose de la cama en donde se encontraba, tampoco suya, con las sábanas más blancas que el propio blanco, y muy cómodas a decir verdad, camina por la habitación, mirando cada cosa, al acercarse a la ventana, mira a través de las cortinas, encontrando un bello, muy, bello jardín, no tenía idea en donde se encontraba, pero le agradaba mucho.

Al parecer estaba sola en el lugar, o por lo menos en la habitación, cosa que la dejaba un poco tranquila, pues no tenía que tener pena al estar curoseando.

Le resultaba raro que una vieja como ella pudiera ser fácilmente levantada y llevada a una cama, era bastante frágil a esa edad, siempre lo había sido, pero los años la habían debilitado más.

Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora