Beelzebub¡!

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En el convento del Sagrado corazón de María, de alguna parte del mundo, se adoraba de forma repetida y se era devoto a la fé, el buen camino, el matrimonio, la familia, a Jesús y a la Virgen María, una iglesia y convento lejano a la ciudad, ubicado en un pequeño pueblo que era muy, muy creyente de lo que las escrituras sagradas decían, un pueblo algo conservador.

Las monjas y los curas que vivían ahí no tenían relación, aunque se juntaban de vez en cuando para dar misas al pueblo y a los creyentes, para cantar y jugar con los pocos jóvenes y niños del lugar, jamás tenían contacto cuando las puertas se cerraban, por un lado vivían los hombres, por otro las mujeres, nisiquiera podían dirigirse la palabra.

Que estuvieran juntos era pecado.

Cada año, como en todos los lugares similares en el mundo, los nuevos creyentes que se habían formado religiosamente como nuevas monjas y sacerdotes empezaban su servicio de aprendizaje, yendo a distintos conventos en el mundo para aprender y conectar con su verdadera fé, los nuevos curas y monjas habían llegado y entraban a sus nuevas y respectivas viviendas, muchas de las viejas creyentes que habían dedicado su vida a eso se estaban retirando, esperando ya por fin el día en el cual su salvador se las llevara al paraíso por haber sido buenas en vida,dando espacio, así, a la nueva generación de monjas y devotas de Dios y su fé, hijas de María, el ciervo de Dios y madre de Jesús, nuestro salvador llegaba a experimentar y vivir por meses en el lugar apartado de cualquier civilización pecaminosa.

La joven monja curiosa, una entre todas las que estaban ahí, nuevas, algunas estaban acomodadas por familiares o inclusive dinero, ella, quien estaba aún confundida con que debía hacer o donde dejar sus cosas, miraba alrededor con sorpresa, los murales en las paredes eran bellísimos, el piso era blanco y limpio, juraba que podía verse en él, pensaba que iba a ser un lugar mucho más modesto, pero veía que no era así, par nada era así, moría de ganas por dar una misa ella sola, por bendecir a los pequeños niños, bautizar a los nuevos hijos de Dios oficialmente.

Se había preparado desde su niñez para ello, una vez, había soñado con la virgen a la cual adoraba, la cual le mostraba como ella tenía la misión de parar el pecado del mundo y no caer en la tentación, como tenía un destino especial marcado, y claro que lo tenía, tenía la entrada al cielo desde su niñez, solo tenía una pequeña cosa que cumplir.

Jamás dejarse influenciar por el pecado y las fuerzas malignas que rondaban el plano espiritual, amar a dios sobre todas las cosas y obedecer, bajar la cabeza, y obedecer a su Padre.

Una de las primeras de la tareas que le habían asignado era limpiar la iglesia, completamente sola, desde el sagrario, el altar, los confecionarios, todo ella sola ,con una escoba y varios trapos mojados, aceptaba con alegría, todo para que las viejas madres le dieran respeto y la aceptaran como una más de ahí, era extraño, el resto de sus hermanas no hacían cosas así, solo ella y solitaria, debía ser por algo, no eran malas, para nada, solo debía demostrarles que era tan buena como ellas, tan devota y santa como el resto de ellas.

Mientras limpiaba el altar, la gran mesa donde se santificaba la ostia y se convertía el vino en sangre, la puerta del lugar se abre, dejando así ver la silueta de un joven hombre, todo vestido de negro, era de los nuevos sacerdotes masculinos que habían llegado junto con ellas, tan solo baja la cabeza para volver a su tarea de limpieza, quería hacerlo bien, por su Padre y sus hermanas.

-Buenos días...¿Está limpiando todo esto sola? -silencio, no había respuesta ni voz, y sabía muy bien el porqué, no está autorizada a hablarle, debía quedarse callada y cualquier cosa que le dijera, debía obedecerle- Ya veo, interesante...-empezando a caminar por el resinto santo, analizando todos los decorados, bancas y pequeñas fuentes de agua bendita, para estar en un pueblo que estaba cayendo en la pobreza y en el olvido a grandes pasos, la iglesia y el convento parecían ser de gran prosperidad y lujos.

Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora