Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)

Poseidon¡!

El rey de los mares estaba de mal humor, como siempre, pero peor.

La votación sobre la extinción de la humanidad era ridícula, la humanidad era algo que no los amenazó y jamás lo haría, que se hiciera una votación cada 1000 años, en donde se reunían todos los dioses en un mismo recinto, era un pensamiento que podría ponerlo del peor humor posible en la humanidad, y provocarles uno o dos maremotos, solo para calmar los humos, claro.

Definitivamente no iba a mostrar una cara agradable para nadie, iba a mostrarles cual era su estado de humor, no quería ni se los debía, y aunque lo hiciera, jamás lo haría, nadie podía demandarle absolutamente nada.

Era de más decir que votaba siempre en contra.

¿Para que dejarla vivir si cuestionaban su existencia en primer lugar?

Además del gran daño que le hacían a su postestad, entregada con mucho amor a la humanidad, solo para que se la devolvieran sucia, con la mitad de sus especies, sus hijos, extintos y dañados, a Poseidon, la humanidad solo le daba problemas.

La única diosa que aguantaba de todos ellos, porque si, tenía riñas a las cuales era indiferente con muchos, inclusive con sus hermanos, era Eirene, la paz, la diosa griega personificada de la paz.

La única diosa griega que había alcanzado la divinidad siendo humana y ascendido a diosa prontamente, nisiquiera a "semi-diosa", ella era una Diosa hecha y completa, la diosa que la humanidad necesitaba.

Había sido primeramente un experimento entre los griegos, incluyendo a Poseidon, para elegir a la humana perfecta para que sea la paz en la tierra, y ella era perfecta.

Está de más decir el dato de que había sido elegida por el mismo dios que se sentía calmo con ella, sin dejar que sus hermanos, y en específico Zeus, tuviera elección sobre ello.

Si Zeus elegía, iba a elegir con superficialidad y a una nueva amante, posiblemente en contra de su voluntad, para mandarla a la boca del Lobo y así Hera la mataría o la haría la nueva Medusa.

Si bien no le importaba demasiado y era la única opción que había, debido a que desde su nacimiento había crecido predicando la paz y siendo una profeta de los dioses, quería y necesitaba, por sus santos y divinos nervios, una diosa compañera, con la cual no tuviera conflictos a penas llegara.

Nadie sabía porque Poseidon había elegido a una humana entre tantos semidioses que esperaban ser ascendidos a dioses, pero nadie se atrevía a preguntar, decían que si le hacías una pregunta a Poseidon, este te cortaría la garganta.

Caminando por los recintos griegos,mientras aún la sesión no estaba iniciada ni Zeus presente, el dios del mar estaba, sorpresa, en su lugar, con su cara de nada de siempre, solo miraba al rededor cuando algún dios hablaba fuerte, solo con una mirada podía callarlos, tenía poder, nadie podía meterse con Poseidon, el dios de los mares que había asesinado a otro Dios.

Claro, la sorpresa no faltó cuando una diosa vestida de blanco, como él, se sentó a su lado y lo miraba sonriente.

-Hoy es un lindo día, ¿No lo cree, señor poseidon? -saluda a otras diosas, con mucha tranquilidad, si bien era nueva, algunos la trataban y miraban como una especie de "bebé" la que aún estaba aprendiendo y, en un futuro, tendría mucho respeto y poder.

No hubo respuesta por parte del contrario, quien solo se acomodó en su silla, mientras le seguía hablando.

-Veo que se cambió el peinado, Le favorese mucho, señor poseidon...-acostumbrada al silencio del dios, solo sigue hablando con más dioses, mientras el solo seguía de brazos cruzados, mirando al frente -¿quieres agua? Sé que estás juntas lo estresa...-silencio- le pediré agua -con una suave risa, le pide agua con mucha delicadeza y modales a los sirvientes del Varhalla, quien le llevan una copa para cada uno, y una galletita para ella.