J.T.R!¡

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Una dama se encontraba llorando, de cuclillas, tapandose lo mejor que podía el rostro, con un temblor visible.

A unos pocos metros, se extendía el cuerpo de otra pobre víctima del destripador de Londres, al parecer había visto en primera persona la secuencia morbosa y sangrienta.

Todo aquello había pasado en una brecha menor a los 10 minutos.

Luego de intentar ser interrogada por la policía, fallidamente, y dejada ir debido a la pena que había dado y a la falta de pruebas fijas, también por el hecho que no había observado su rostro o ningún dato importante había sido dejada en libertad.

Caminando mientras se secaba las lágrimas restantes con un pañuelo, tomaría rumbo a un viejo hogar al cual entraría, y, por los pasillos, se dirigiría al fondo, un depósito pequeño, entrando, el sonido de líquido vertiendose en una taza se escucharía, junto a un olor a miel que inundaba el ambiente.


Dejando su abrigo en un perchero al lado de la puerta, se sacaría los zapatos con tranquilidad para caminar a una mesita de té al lado de una vieja ventana, por la cual se podía observar la noche.

Escuchando el sonido de pisadas dirigiendose a ella, una taza de porcelana con su té favorito se posaría frente a ella,junto a que su mano sería tomada con mucha delicadeza para que un beso sea depositado en sus nudillos, en forma de saludo.

-Que noche maravillosa tuvimos hoy, ¿No es cierto, mi dama? -el caballero detrás de ella había limpiado un poco su mejilla, en donde había quedado un par de lágrimas secas- Estuviste espléndida, como siempre. -con una cálida sonrisa bajo un bigote platinado, un caballero se sentaría frente a ella, sirviendose té para el también.

Toda mente maestra necesitaba una mano derecha algunas veces, un asistente confiable.

El Watson de Sherlock, el Sancho Panza del Quijote, duos inseparables, inquebrantables, que ayudaban y estaban siempre ahí para el héroe, o para el villano.


Después de todo, en un mundo de matices grises, el bien y el mal estaba balanceado, y eran fuerzas que chocaban una con la otra, se atraían para la mezcla de un dulce caos.

Ninguno de los 2 sabían a ciencia cierta como habían llegado a donde habían llegado, era una información que la policía no sabía, que nisiquiera podía imaginar, que el famoso destripador de Londres tendría una...asistente.



Pero, ¿Cuál era el trabajo de la asistente de un asesino? ¿Esconder cuerpos? ¿Pulir cuchillos? ¿Hacer tratos con la policía? Algo similar.

Aquél día había sido ser parte de una rápida distracción, según el destripador, tenía unos dotes artísticos increíbles, que servían para salir de cualquier problema que surgiera.





Ninguno sabía a ciencia cierta como habían terminado así, se habían adoptado mutuamente y así se habían quedado.


Ahora el famosos Jack el destripador tenía una asistente.



Ahora el famosos Jack el destripador tenía una asistente

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Mr. Loverman (shuumatsu no valkyrie/RoR one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora