one-shots de los personajes de Record of ragnarok (shuumatsu no valkyrie)!¡
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El jardín del Eden, en donde ya no residian los humanos revendes y mal hechos, se había convertido en un lugar de recreación para los dioses que deseaban ir allí, en específico los que eran amigos y familiares del dios del universo, Zeus, y claro era, que no era de exceptuarse que sus hijos fueran a pasar ratos bajo ese cálido sol junto a la brisa y el manto verde con flores que mostraba una belleza inmaculada.
Y uno de sus hijos más atareados era el constante visitante de esa belleza, junto a otra belleza.
Las citas de las deidades eran cada vez más y más recurrentes, tomaban el té, leían, recolectaban frutos o flores dependiendo del estado de ánimo de su querida, y, como ese día, Hermes practicaba y tocaba el violín para ella.
Y ahí estaban bajo un roble, ella acariciando suavemente la cabeza de un venado joven mientras dormía junto a varios pájaros y animales a su lado, todos escuchando al dios tocar una bella tonada en su violín, reservada solamente para ella.
Le dedicaba cada bella nota, porque le hacían recordar a ella.
-Hermes, mi querido...
-¿Si, mí querida?
-hace poco leí una historia humana de una princesa, que cantaba y los animales se reunían a escucharla...pareces tú -ríe suavemente, Hermes la acompaña y, dejando su violín, se sienta y recuesta en su regazo, quitando al ciervo, el era más importante que el ciervo y deseaba sus caricias más que el animal.
-Blancanieves, mi querida, así se llama, y si tu lo dices que lo soy, entonces lo seré, mí querida, seré todo lo que tú me digas...-sonríe mientras sentía el suave tacto de su amada deidad en su rostro y cabello- aunque tu también pareces una princesa, una bella, la más bella de todas las de la humanidad y el cielo...-incorporandose un poco, le da un suave beso en la mejilla, volviéndose a recostar en su regazo y cerrar los ojos.
Era simplemente otra agradable tarde con Hermes y su música, que verdaderamente algunas veces parecía una cierta princesa, pero aquellos eran solo detalles curiosos.
Esa tarde descansaron junto a los animales del Edén, sintiéndose reconfortados por el sol de la tarde y el amor que ambos se tenían.
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