one-shots de los personajes de Record of ragnarok (shuumatsu no valkyrie)!¡
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La noche de la fiesta de Halloween para algunos era una excusa para bailar, tomar libremente, coquetear y pasar tiempo con otros dioses sin matarse, en cambio, para Buda y Vesta, era la noche perfecta para escabullirse entre los dioses y "tomar prestados" todos los caramelos que pudieran.
Ambos disfrazados de alguna cosa al azar, tomados de la mano y caminando por los pasillos llenos de dioses de todas las religiones y regiones del universo, miraban cada juego, cada platillo, y cada una de las cosas que pudieran tomar.
Mirándose de reojo, ambos toman caminos separados para ir a lo que ellos querían, Buda por las calabazas llenas de dulces, ella por algo más.
Aunque claro, al escuchar un bullicio detrás suya, justo en el camino que su enamorada había tomado, había tomado como podía 2 de las calabazas con rapidez e ido al rescate de la princesa.
-¡Ratera! ¡Tu padre debe estar decepcionado de usted!
-¡Nisiquiera se quién eres! ¡Ya suelte! -intentaba soltarse con un peluche de conejo en su mano, al parecer el que había tomado.
-¿Qué se supone que está haciendo? -había aparecido el gran e imponente Buda, dejando tieso al hombre- ¿Qué hace con la diosa romana, hija de Saturno y Ops? ¿Acaso no le enseñaron a respetar a los dioses superiores?
-G-Gautama Buda...
El mencionado toma de la mano a la diosa y la aparta, atrayendola a sus brazos.
-¿Usted ha osado a dañar a la diosa Romana Vesta, esposa de Gautama Buda? Que inoportuno... deberé destruirlo.
-¡No! -se había tirado al piso, arrodillado- ¡Tengo esposa e hijos!
-Mmh, bien, lo pensaré. -le da un caramelo pequeño y se va con la diosa romana, comenzando a reír a carcajadas cuando estaban lejos- ¿Otra vez en problemas? ¿Qué tomaste?
La romana le tiende un peluche de conejo, rosa, con un parche en el ojo.
- a Usachan...
Parpadeando y quitándose los lentes, toma al peluche entre sus manos, sacándole una gran sonrisa y depositando un suave beso en su frente.
-es el mejor regalo que me podrían haber dado jamás...-rie suavemente, entrelazando su mano con la de ella, para así caminar al árbol en donde se habían conocido, vuelto amigos, enamorados, y próximamente esposos.
