Capitulo dos.

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-¿Negro o rojo?

-Azul.

-Vamos, ¿Negro o rojo?

-¡Azul!

Solté los vestidos que cargaba en mis manos para poder tomar un cojín del sofá y tirárselo en la cara a Travis. El no reacciono hasta que el cojín estuvo a centímetros de su cara pero, de ambas formas, pudo esquivarlo. Estúpido ninja, pensé.

-Ya te dije que no me pondré el azul -Bufé.

-¿Por qué? ¿Por qué tiene mucho escote y te asusta que tu jefe piense que… tienes pechos? -Travis hizo una mueca divertida para luego reírse de mí. Rodee los ojos -No es por alarmarte, pero creo que tu jefe ya se ha dado cuenta.

-No es eso… -Mentí. -Además, creo que los otros vestidos me quedan bastante bien-Mentí de nuevo.

-¿Enserio? -Me miro Travis, juzgándome -¡Son horribles! Primero que nada, el vestido rojo hace que tus caderas se vean grandes y, segundo, el vestido negro te hace ver como una aburrida ejecutiva que no ha tenido sexo en semanas.

Volví a tirarle un cojín, esta vez, sin que pudiese esquivarlo.

Proteste y volví a entrar al baño para ponerme el famoso vestido azul. Si, era bonito. Precioso, en realidad. Era lo suficientemente largo como para no parecer stripper y lo suficientemente corto como para no parecer una santurrona. El único problema era el escote.

Me di un par de vueltas para observarme en el espejo y sonreí forzadamente. Yo no servía para esto. Yo servía para jeans, películas, y escribir un aburrido blog en mi modulo compartido.

-¿Ves? -Pregunto Travis desde el otro lado de la habitación cuando salí del baño. -¡Te ves hermosa! -Sonreí tímidamente y me mire en el espejo. -Pero aun no comprendo, ¿Por qué tienes que ir tan formal si es solo una conferencia de prensa?

-Veras -Dije, sentándome al lado de él, como si le fuese a contar una historia fascinante a un niño pequeño -Después de la conferencia, hay algo así como un coctel en el hotel en donde es el evento, en donde todos pasamos a servirnos camarones, champagne y todas esas cosas que en verdad no llenan tu apetito -Torcí mi boca y lamente el hecho de que no hicieran una cena.- Y, aparte, New Magazine se caracteriza por estar a la moda y elegante. No podría llegar en un traje normal, sería como avergonzar a la revista.

-Oh -Travis pareció quedarse pensando mientras yo me paraba y veía mi reflejo en el espejo. No me veía tan mal después de todo. -¿Crees que puedas traerme camarones?

-Claro Travis, porque robar camarones no avergonzaría a la revista -Dije sarcástica mientras caminaba hacia la cocina.

El timbre sonó a las siete con cinco minutos, haciendo que yo comenzara a correr como desesperada por el departamento. Ya estaba vestida y arreglada, pero aun no encontraba la estúpida chaqueta que había decidido usar esta noche.

-¡No abras! -Al ver como Travis caminaba con un plato de cereal desde el sofá hasta la puerta, un grito ahogado se escucho en el departamento. Camine en puntitas, rezando por que la puerta fuera lo suficientemente solida como para que nuestros susurros no se escucharan desde el otro lado. -Él piensa que estas muriendo en el hospital.

-Oh, claro -Camino de vuelta hacia el sofá y se sentó a ver lo que sea que estuviese viendo, nuevamente. Le hice una seña de que se fuera al dormitorio y, aunque al principio decidió ignorarme, la cara de odio que le puse al final de mi última seña, hizo que se parara, alegando, y se fuera a la habitación.

Respire profundamente y me chequee en el espejo que habíamos puesto Shanna y yo al lado de la puerta. Al principio fue idea de mi amiga, pero a decir verdad, la apoye en cuanto me lo dijo. No saben lo útil que es tener un espejo allí.

Out Of My Limit IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora