Capítulo Ochenta (Maratón 2/3)

1.9K 126 13
                                    


Mi maleta pesaba bastante considerando que solo llevaba ropa para tres días.

Mi vuelo salía a las nueve, por lo que me tuve que levantar bastante temprano. Y, si eso no fuera lo suficientemente malo, Luke no estaba a mi lado. Aparentemente no había llegado ayer por la noche, y no podía estar más nerviosa. Lo había llamado un par de veces después de sentir el portazo ayer, y hoy en la mañana, pero nada.

Ahora, caminaba por el aeropuerto intentando encontrar mi puerta de embarque sin la más mínima pizca de agrado en mi rostro.

-Buenos días -intenté fingir una sonrisa para la señorita que recibía los pasajes. Parecía realmente feliz. Todos parecían realmente feliz el día de hoy. Todos menos yo, casi como si una nube negra estuviera sobre mi cabeza.

Pasé al avión y me sorprendí gratamente al ver que el pasaje que Sean me había comprado era de primera clase. Genial, al menos tendría más espacio para ser infeliz y preocuparme de mi relación con Luke.

Odiaba que fuera tan infantil, y odiaba que no me comprendiera. Pero también odiaba la situación en la que me encontraba. Mamá siempre me había criado para ser una chica independiente, y nada grita dependencia más que rechazar un ascenso por tu novio. Pero, por otro lado, mi corazón me pedía a gritos que lo hiciera. Quería irme con él, lo sentía casi como una necesidad. Ambos pensamientos chocaban, y me dejaban sin saber que demonios hacer.

-Pasajeros del vuelo, 659, con destino a Londres, les habla su capitán... -La voz comenzó a sonar desde los parlantes, yo no podía dejar de pensar en lo que significaba irme en este momento.

Era solo una entrevista, pero la forma en la que Luke se había ido ayer por la noche me dejaba intranquila.

-... Esperamos que sea un viaje agradable -el sujeto terminó de hablar, y yo cerré los ojos, apoyando mi cabeza contra el asiento.


-


Me costó bastante llevar mi maleta desde donde la recogí hasta la escalera. Ahora, con una mueca incómoda, bajaba expectante. En cuanto mis ojos se encontraron con los de él intenté darle una sonrisa.

Terminé de bajar la escalera y arrastré mi maleta.

-¡Mira que grande estás! -Sentí sus brazos rodear mi cuerpo y me sentí incomoda por un momento, hace años que no lo veía. La última vez, creo, fue en unas vacaciones del verano antepasado.

-Papá -sonreí, por muy extraño y antinatural que sintiera mi relación con él ahora, se sentía bien saber que estaba a mi lado, y que seguía viéndome como una hija.

-Ven, dame tu maleta, te ayudo -sonreí y le entregué la valija.

-Gracias.

-Entonces, ¿Cómo estuvo tu viaje? ¿Ha habido turbulencia?

-Ha estado bien, he dormido bastante -sonreí mientras avanzabamos hacia su auto.

-Genial -él respondió, y nos quedamos en silencio por unos segundos -tu hermana estuvo aquí hace unos meses.

-Si, me enteré -la conversación se sentía forzada, pero lo entendía. No habíamos hablado hace mucho; algo se había quebrado cuando se separó de mamá, y definitivamente aquello empeoró cuando se mudó a otro continente.

La alarma del auto sonó y noté que ya habíamos llegado. Papá guardó mi maleta en la parte trasera y me subí de copiloto. Cuando el se metió al auto y encendió el motor hizo una mueca.

Out Of My Limit IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora