Llegué a mi apartamento, di un portazo, me encerré en mi habitación y sin pensarlo dos veces puse música de Ed Sheeran a todo volumen. En otra circunstancia estaría comiendo chocolate, o algo parecido, pero estaba tan frustrada que ni siquiera alcancé a comprarlo en mi camino a casa.
Era injusto que mi jefa se aprovechara de mí de esa forma.
-¡Se dice hola! -escuché la voz de mi mejor amigo desde la cocina. También escuché un par de platos sonar, así que supuse que, o estaba cocinando, o estaba lavando la loza. Parte de mi cerebro suplicaba que estuviera cocinando algo.
Supuse que caminó desde la cocina hasta a la entrada de mi habitación, pues sentí sus pasos marcados. Abrió la puerta y asomó su cabeza, a lo que respondí lanzando un cojín y ahogando un grito.
-Okay, entiendo, no quieres decir hola -fue lo último que escuché, y me dediqué a estar tirada en mi cama, respirando, y acomplejandome de la situación en la que me encontraba por culpa de mi egocéntrica y malvada jefa.
No se cuanto tiempo estuve allí, pero cada cierto tiempo escuchaba los pasos de Travis venir hacía mi habitación, detenerse justo afuera de mi puerta y, casi como si lo pensara por segunda vez, devolverse a la cocina.
-Vas a tener que salir de allí en algún momento -mi amigo bufó -hice brownies de chocolate, con extra azúcar, como te gustan -pasaron unos segundos y, al ver que no contestaba volvió a bufar -okay, tu quisiste esto, voy a tener que llamar a la artillería pesada.
Escuché sus pasos alejarse y volví a concentrarme en mi música.
Posiblemente pasaron treinta minutos, quizás más, quizás menos, podría saberlo si es que no me hubiese quedado dormida. Una extraña sensación hizo que me despertara. Abrí uno de mis ojos y ví como alguien me miraba expectante.
-¿Me estas mirando mientras duermo? -pregunté, casi balbuceando -eso es aterrador, Hemmings.
-No tan aterrador como tus ronquidos -abrí mi boca, indignada -es broma.
-No estaba roncando -me levanté, aún intentando abrir mis ojos, y bostece en el intento. Luke comenzó a reírse ante mi reacción y, cuando le dí un espacio en mi cama, se levantó de donde estaba apoyado en cuclillas y se sentó allí.
-Travis me ha llamado preocupado, ha dicho algo de unos brownies con azúcar, y me ha dejado realmente confundido, así que... -tomó una frazada de al lado de mi cama y nos cubrió con esta -¿Que ha pasado?
-No es nada -bufé, no quería tener que explicarle que en parte era porque tenía que programar una entrevista con ellos. -Problemas de trabajo.
-Oh, vamos, tienes que ser más específica -lo quedé mirando por unos segundos -¿No me vas a contar? -alzó las cejas algo indignado, probablemente como yo cuando él mencionó mis ronquidos, y se cruzó de brazos -Bien, no me moveré de aquí hasta que me digas que sucede.
-No tengo ningún problema con que no te vayas de aquí -dije sonriendo y acurrucandome con él, o intentándolo.
-Hm, supongo que tengo que utilizar mejores condiciones para la próxima -asentí con una sonrisa y él pasó su brazo por detrás de mí -De todas formas, sabes que puedes contarme lo que sea, ¿Confías en mí?
Volví a asentir, pero esto no se trataba de confianza.
-Es mi jefa -respondí rindiendome -es una arpía.
-¿Que ha hecho esta vez? -suspiré, no segura si debía decírselo. Sabía que él diría que no hay problema, que es solo una entrevista, y la daría con el fin de ayudarme. Pero no quería que fuera así, no quería presionarlo a hacer algo que no le agradaba.
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Out Of My Limit II
Fanfiction"El tiempo pasa, las personas cambian, pero no todo se olvida."