Capitulo doce.

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-He leído cuentos de niños con más acción que tu cita -Ashton estaba sentado en el sofá, comiendo chatarra con sabor a queso junto a Travis, mientras yo preparaba malteadas en la cocina. De todas formas, pese al alto volumen del televisor, podía escuchar sus comentarios a lo lejos.

-Lo sé -Deje la bandeja con las tres malteadas de frutilla encima de la mesa y suspire -Y eso es porque gracias al cielo, en los cuentos de niños, no hay ningún Travis que arruine el momento, te deje como mentirosa y, como si fuera poco, deje una bolsa de basura detrás de la puerta, apestando el lugar.

-¡Eh, en mi defensa, Shanna me obligo a sacar la basura! -Travis nos miro mal, intentando parecer inocente, mientras nosotros reíamos.

-Pero, ¿Saben? -Desde la noche anterior intentaba darme ánimos, y, mientras lo hacía, pensé en esto. -Queríamos tomarnos las cosas con calma, y eso es lo que estamos haciendo ¿No?

-Una cosa es ir por la carrera de las citas con calma -Explico Ash con voz de profesional, yo rodee los ojos. Sabía que cuando ocupaba ese tono de voz venia una frase sin sentido, o un sermón completamente estúpido -Pero otra cosa es ir a un kilometro por hora, casi como… ¡como una tortuga casta!

-No puedo creer que hayas dicho tortuga casta -Rodee los ojos mientras sacaba una de las chatarras de queso que, a pesar de odiar, comía cuando estaba estresada. El sonido de la risa de mi mejor amigo me hizo aventarle un cojín, y gritarle mientras lo hacía -¡Y no puedo creer que tú hayas arruinado el momento!

-¡Lo siento! -Travis volvió a disculparse, como por decima vez aquella tarde.

El programa de talentos, que veíamos todos los martes con mis amigos cuando regresaba del trabajo, sonaba por sobre nuestras voces. Shanna estaba en la cafetería, otra vez tomando el turno de una de sus amigas, y Ashton había llegado de sorpresa a reemplazarla. Había traído una bolsa de frituras, así que nos había sido imposible decirle que no.

Eran casi las ocho y media de la noche y ya estaba oscuro, gracias a que el otoño ya estaba en la ciudad.

-Un momento -Ashton me miro, analizando mi rostro -La cita ha sido el viernes… y estamos a martes. Han pasado… -Mi amigo comenzó a contar con los dedos, cosa que me hizo reír -cuatro días. ¿No han hablado desde ahí?

-Esta en un viaje de negocios, de nuevo -Suspire, algo aliviada, en verdad. Después de una cita siempre me sentía nerviosa al ver a esa persona de nuevo, en especial cuando se trataba de mi jefe -En California, creo. -Me alcé de hombros -Vuelve el viernes.

-El viernes… -Ashton volvió a escanear algo en su cabeza -Cabe decir que a estas alturas nadie estaba pendiente del televisor, pues lo único que se veía en el televisor eran anuncios publicitarios. -El viernes tendremos que estar en Philadelfia.

-¿Philadelfia? -Pregunté, confundida.

-Si, tenemos una entrevista ahí -Travis y yo asentimos con la cabeza, algo aturdidos. Aun no nos acostumbrábamos a tener amigos con quienes hablar de viajes improvisados y entrevistas como si fueran cosas normales.

-¿Cuándo se van? -Pregunto Travis, acercando el pocillo con chatarra a su asiento. Tome el vaso de malteada y bebí un sorbo, observando a los chicos.

-El jueves, volveremos el sábado en la mañana -Asentí. -Luke no ira, su novia le ha pedido que se quede pues ese día es su cumpleaños -Ashton rodeo los ojos, acción que imité. Travis solo arrugo su nariz.

-¿El jueves? -Preguntó mi amigo. Ashton asintió. -¿Y qué harán, sin su cantante principal? -La sonrisa torcida y el sarcasmo en la voz, hizo que me riera.

-Supongo que nosotros, la sección de ritmo y guitarra, nos las podremos arreglar -Ashton sonrió divertido, saco su malteada de la bandeja y bebió.

Out Of My Limit IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora