Capitulo Cincuenta y nueve (Maratón 1/3)

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En cuanto recibí el mensaje de mamá que decía que mi hermana vendría a recogerme al aeropuerto tengo que admitir que algo, dentro de este tormentoso y terrible día, se iluminó. Vería a Rachel después de bastante tiempo, y definitivamente eso le sumaría alegría a la semana que llevo.

Por eso, mientras bajaba la escalera mecánica buscando con la mirada un par de trencitas rubias que, probablemente a estas alturas de la vida habían dejado de ser trencitas pues mi hermana ya no tenía ocho años, me sobresalte al no ver nada más que una cabellera cobriza.

-Tienes que estar bromeando -a la altura en la que estaba ella era definitivamente capaz de escucharme. De todas formas camouflé mi comentario con una sonrisa y un saludo, estaba segura de que mi futura hermanastra no pararía de saltar y saludar hasta que yo levantara la maldita mano en señaĺ de respuesta.

-¡____________! -a penas llegué abajo recibí un abrazo de su parte, volví a sonreír, esta vez incomodamente. -¿Como ha estado el viaje? ¿Han habido turbulencias? Oh dios, odio las turbulencias.

La chica me miró con una gran sonrisa, esperando una respuesta.

-Ha estado bien -me limité a decir -uh, ¿Has venido sola?

Esperaba que me dijera que no, que Rachel estaba en el auto o algo por el estilo, pero ella sonrió nuevamente.

-Si, pensé que mamá te había dicho que... -un escalofrío recorrió mi espalda al escucharla decirle mamá a mi mamá (aunque suene confuso) y dejé de escuchar lo que estaba diciendo. ¿Quien se había creído? ¿Que le hace pensar que porque su padre se casa con mi madre tiene derecho a decirle así? ¿Uh?

Estaba consciente de que estaba siendo más amargada de lo habitual, pero mi semana había sido un asco, mi mamá se iba a casar con otro hombre que definitivamente está lejos de ser como el que me crió y ahora Mary, la chica perfecta, se atribuía el derecho de considerarse una hija más de mi mamá.

Además estaba su maldito color de cabello, me inspiraba desconfianza.

-Entonces, ¿Te han dado comida en el avión? Conozco el trayecto y, oh por dios, ¡Es terrible! Una vez estuve en un viaje de seis horas y solo me dieron una bolsa de maní, ¿Puedes creerlo? De todas formas, hay un local aquí cerca que vende...

Mientras seguía hablando me resigné, tomé mi maleta y caminé detrás de ella.

Oh dios, esta sería una larga estancia.


-


-¿Rachel? -dejé mi maleta en el suelo y corrí hacía mi hermana, quien estaba en la mesa del centro de la cocina jugando con su celular. En cuanto levantó la vista corrió hacía mí con los brazos abiertos.

-¡_____________! -gritó. -¡Al fin llegas!

Mary nos observaba desde el pórtico de la cocina con una sonrisa, después de un par de segundos abandonó la habitación, dejándonos a mi y a mi hermana solas.

-Quería ir a buscarte, pero mamá dijo que iría Mary, y que yo debía quedarme arreglando las flores. Dios, es una bruja, pero tiene derecho, está a punto de casarse, así que... -reí ante las expresiones de mi hermana.

-Un momento -giré a mi hermana para poder ver bien su cabello -¿Son mechas lo que veo?

La chica sonrió -me las hice en Londres, sabía que era mi única oportunidad, mamá casi se muere al verme -reí -¿Te gustan?

-¿Estas bromeando? ¡Me encantan!

-Al principio las quería moradas, pero pensé que sería demasiada copia. Muy tú en el 2014, ¿No?

Out Of My Limit IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora