Capitulo nueve (Mini Maratón 1/2)

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El día martes, después de una noche de películas y pizza, se me hizo eternamente largo e infernal. Aún me estaba acostumbrando a mis nuevas labores, así que corría de un lado para otro. Fue por eso, creo yo, que apenas llegue a casa, me tire en mi cama y me dormí. Y, asumo que gracias a eso, ahora son las ocho de la mañana y estoy perfectamente despierta.

Eso era bueno, después de todo, hoy era miércoles, lo que solo significa una sola cosa en este apartamento: Waffles.

Me levante, lenta y perezosamente de mi cama y camine hacia el baño. Los chicos aún dormían, así que no tuve problemas en que estuviera ocupado. Encendí la calefacción del departamento para que estuviera templado mientras me duchaba.

Desde que trabajaba en el piso de Cruela, quien ya había quedado bautizada con ese nombre desde que le conté a mis amigos como me había tratado, no paraba a descansar ni un segundo. O estaba escribiendo una columna, o estaba eligiendo que publicar, o estaba considerando el ir a comprar ropa a Gucci, como ella me había recomendado.

Me enjuague el shampoo lentamente mientras disfrutaba de la cálida agua que me envolvía. Hice lo que cualquier persona hace en la ducha, a decir verdad, y me envolví en la toalla morada que había dejado a un lado de la tina.

Me vestí con una de las faldas negras que usaba para ir al trabajo. Odiaba vestirme formal, así que intentaba hacerlo a mi modo. Me puse una de las blusas y me mire en el espejo, algo incomoda Si, quizás debería considerar ir a comprar nueva ropa.

Me maquille levemente y me hice un moño desordenado. Desde que un waffle había quedado con uno de mis cabellos entremedio, los chicos me habían obligado a amarrarme el cabello cada vez que cocinaba.

Suspire.

Si calculaba bien, Shanna se levantaría dentro de poco, y si quería tener el desayuno listo, debía ir a hacerlos. Travis entraba a su nuevo trabajo a eso de las tres, pues tenía el turno de la tarde, de todas formas, se levantaría, el olor lo despertaría y no se podría resistir.

Vi la hora en mi celular, eran casi las ocho y media. Prefería hacer los waffles ahora, para no atrasarme después y llegar tarde a mi nuevo trabajo. No me demoré mucho, ya me sabia la receta de memoria y, aparte de recolectar los ingredientes y batirlos, no se tenía que hacer mucho.

Camine un poco aturdida hacia la puerta, chequee mi rostro en el espejo e, intrigada por quien carajo se encontraba en la alfombra que habíamos puesto en la salida de nuestro apartamento, gire la manilla.

-¿Qué…? -Iba a seguir con mi pregunta, pero las tres personas que se encontraban afuera, irrumpieron salvajemente en la sala de estar, sin siquiera considerarme. Los mire atónita y confundida por unos momentos, ellos solo sonreían -¿Se puede saber que hacen aquí?

-Es miércoles de waffles, ¿No? -La sonrisa de los chicos se expandió, aun más, mientras miraban hacia la cocina.

-Los voy a demandar por acoso -Camine hacia la cocina, debía agregarle más harina a la mezcla, estaba segura de que no iba a alcanzar y en definitiva no iba a poder echarlos de mi departamento -¿Se han levantado a las ocho de la mañana solo para venir a comer?

-Nah, teníamos que ir al estudio de todas formas -Michael se alzo de hombros.

-¿Así que, han venido sin invitación, sin ninguna excusa aparente, solo a comer mis waffles? -Los chicos asintieron divertidos -Tienen problemas. Además, ¿Cómo supieron que…? -Recordé que, lamentablemente, les había dicho que los miércoles eran el día del waffle para mí. Rodee los ojos. -Olvídenlo.

La cocina estaba casi conectada al comedor y a la sala de estar, pues era de estilo americano. Así que, mientras cocinaba, podía ver como los chicos registraban el apartamento con su vista. Por el corredor, Travis caminaba en calzoncillos y musculosa hacia nosotros. Parecía confundido, apostaría a que se despertó por el ruido.

Out Of My Limit IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora