Capitulo Cincuenta y uno (Maratón 1/3).

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-Demonios, está helado como el mismísimo infierno -se quejó Travis, tiritando y cobijando sus manos en los bolsillos de su abrigo. Todos llevábamos bufandas, menos los integrantes de la banda.

-Técnicamente el infierno es caliente... -el moreno respondió mientras alzaba una de sus cejas. Travis lo miró por unos segundos con cara de pocos amigos, Calum mostró las palmas en señal de disculpa.

-Alguien no está de buen humor -Ashton no pudo evitar reír ante la escena, al igual que yo.

-Uh, disculpa, es que... veamos -volvió a hablar Travis -cuatro australianos se están llevando a mi mejor amiga al otro lado del mundo, ¡En Navidad! ¿Qué quieres que haga? ¿Que me ponga a cantar rodolfo el reno en medio del aeropuerto?

-Sería una buena idea -miré al moreno con ojos saltones.

-Van dos Hood -siguió hablando Travis -van dos...

-Bien, bien -Luke y Michael habían ido a hablar con seguridad, o alguien importante al parecer, para chequear si el avión ya estaba aquí. Ahora el rubio intentaba llamar nuestra atención -nuestro vuelo está listo.

Apreté mis dientes, nunca antes había volado en un jet privado, y la idea me hacía sentir extraña, en el buen sentido por supuesto.

-Entonces... -Jenn, que había estado parada al lado de Ash todo el tiempo me miró y abrió sus brazos -es tiempo de decir adiós...

Rodee los ojos y reí -es menos de una semana, y voy a Australia, no a la guerra -reí.

De pronto me ví asfixiada en cabello rosado y, aunque era completamente incómodo, sonreí. Jenn no era una persona de abrazos tampoco, y el que se acercara de esa forma me hacía sentir, de alguna manera, especial. Como si de verdad valorará nuestra amistad.

Los chicos alrededor se despedían de Travis, así que ella aprovechó que nadie escuchaba para hablar -espero que no mueras de calor allá, ten cuidado con los canguros y... usa protección.

-¡Jennifer! -alegué.

-Eh, eh -mostró sus palmas -es un buen consejo. -Rodee los ojos y ella volvió a abrazarme -pasalo bien, _______.

Sonreí y caminé hacía Travis, quien me miraba con un puchero y sus brazos cruzados.

-¿Sabes que te voy a extrañar mucho, verdad? -el chico abrió sus brazos, yo dejé mi maleta para corresponderle.

-Son pocos días... -respondí.

-Si, pero es Navidad, y se supone que en estas fechas estas con tu familia -sonreí al escuchar aquello y abracé más fuerte al chico.

-Dile a Shanna que espero que se sienta mejor -me había despedido de ella en el apartamento, pero de todas formas necesitaba decirlo. No había venido hasta aquí pues no se encontraba muy energizada, por decir así. -¡Y saca ese puchero, si no quieres que te llame por tu segundo nombre!

Él siguió mirándome con expresión triste.

-¡Travis Richard Becker, estaré aquí para año nuevo!

Travis miró alarmado para ambos lados, casi como chequeando que nadie me hubiese escuchado, yo reí -¿Que hablamos de decir mi segundo nombre en público, _______?

-Te lo advertí -alegué, y lo abracé por última vez -Feliz navidad, adelantada, pero de todas formas, Feliz Navidad.

-Feliz Navidad, _______.

Me alegraba que Travis hubiese respondido aquello, pues desde hace al menos cinco años que pasamos juntos navidad, y de alguna u otra forma sería extraño no decirnos aquellas palabras.

Ambos nos incluimos al grupo y miramos al centro, en donde estaba Ash y Jenn quienes parecían ser el centro de atención.

-Ya despeguense -gritó Michael -mamá dijo que había hecho galletas, y quiero llegar pronto.

Todos reímos ante su comentario, a excepción de los tortolitos, quienes compartían un tierno beso en el centro del círculo formado por nosotros y nuestras maletas. Había notado que algunos fotógrafos intentaban capturar una toma desde lejos, pero al igual que los chicos decidí ignorarlo.

-Feliz Navidad, Ash.

-Feliz Navidad, Jenn-.

Los chicos y yo rodeamos los ojos al ver que intercambiaban palabras después de cada beso.

-Eh, ¿Desde cuando se han vuelto hostigosos? -pregunté, todos se alzaron de hombros y comenzaron a caminar con sus maletas hacia el pasillo.

El viaje, a decir verdad, no fue para nada entretenido. Pero no culpo a los chicos, estaban exhaustos, y necesitaban reponer algo de sueño antes de llegar a sus casas. Yo, por mi parte, vi dos peliculas antiguas, escuché los ronquidos de Michael y, finalmente, logré conciliar el sueño.

Cuando volví a abrir los ojos, un chico rubio me miraba ansioso desde el asiento de al lado.

-Ya estamos aquí -su sonrisa indicaba que de verdad estaba emocionado. Eso, o mi cara era realmente graciosa al dormir -¿Estas lista?

Pasé una mano por mi cara, algo aturdida.

-Nací lista -mi respuesta se hubiese escuchado mucho más convincente si es que un bostezo no la hubiese interrumpido. -¿Donde estan los chicos?

-Se están preparando para bajar -el chico se levantó del asiento, y tuve que mover un poco mi cuello para seguir mirándolo a los ojos.

Estiré mis brazos mientras Luke sacaba uno de sus bolsos e intenté hacer que mis piernas se movieran. Cuando estaba sentada por mucho tiempo mis extremidades entraban en una especie de trance, si es que eso es posible.

Luke miró mi cuello e hizo una mueca. -Yo que tú me saco la bufanda.

Había olvidado que la llevaba puesta, y que aquí era verano, cuando tuve mis manos desocupadas no tardé en sacarmela.

Nos bajamos del avión juntos y, antes de que pudiera pisar suelo australiano Luke tomó mi mano. 

Out Of My Limit IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora