Capitulo tres.

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-¡Te ha salido excelente! -La voz de Sean, que se encontraba exactamente a mi lado, sonaba distante. Estaba demasiado perdida recordando lo que acababa de pasar, la forma en la que me miro Luke, la forma en la que me contesto, todo.

Las personas ya se estaban parando de sus asientos para ir hacia el salón de eventos que, según había entendido, estaba al lado de la habitación en donde nos encontrábamos. Sean y yo éramos casi los únicos que continuábamos sentados.

-¿Eso crees? -Dije, sin siquiera pensar en lo que estaba respondiendo. Tan solo quería decirle algo para que no pensara que estaba en una especie de transe, o algo por el estilo.

-¿Estas bromeando? -Deje de ver el respaldo de la silla de enfrente para poder concentrarme en Sean. Su sonrisa era gigante y hablaba como un chico de cinco años que acaba de recibir un auto a control remoto -¡La pregunta ha sido genial! ¡Le has dado justo en el clavo! ¿Es que acaso no viste su reacción?

Claro que la había visto. Es más, no podía sacar de mi cabeza la forma en la que me miro.

Sonreí, intentando parecer feliz por lo que acababa de pasar, y mire en dirección hacia el escenario. Ya no estaban, se habían ido tan pronto como las preguntas terminaron. -¿No deberíamos ir al coctel?

-¿Tienes hambre? -Pregunto divertido. Posiblemente esperaba que negara la respuesta, pero asentí, haciendo una mueca divertida.

-Bastante -Sean se paro, con la típica sonrisa que lo caracterizaba, y me dio el paso para caminar delante de él hacia el salón de eventos. En cuanto estuvo detrás de mí, y no tuvo la posibilidad de ver mi cara, deje de sonreír. -Eh, que te parece si me esperas en el salón, tengo que ir al baño.

-¿Sabes donde son los baños? -Preguntó, preocupado. Asentí con la sonrisa más genuina que pude fingir y camine hacia las escaleras. Según lo que había escuchado, los baños estaban en el segundo piso.

Si subir las escaleras, en general, es un fastidio para mí, deberían imaginarse mi sufrimiento al subir escaleras con un vestido bastante apretado. Lo único que quería era llegar al baño y dejar de caminar derecha.

Cuando estuve en la puerta del baño, no pude evitar recordar la primera vez que me encontré con Michael, cuando todo comenzo. Fue bastante extraño, a decir verdad, pero fue asombroso. Sacudí mi cabeza intentando eliminar esos recuerdos y entre, esta vez, no encontrándome con nadie.

Mire mi reflejo en el espejo. Mi cabello, aunque estaba suelto, por primera vez en la vida, estaba ordenado. Mi maquillaje aun no se arruinaba, y esperaba que estuviera así hasta llegar a casa, y mi vestido seguía igual que cuando me lo puse esta tarde.

Apoye mis manos en el tocador y quede con la mirada perdida.

¿Solo uno? ¿A qué se refería Luke con esa respuesta?

Era injusto, completamente injusto e inmaduro de su parte que me tratara así después de ser un patán conmigo. Habían pasado años y seguía con la estúpida idea en la cabeza. Aun no podía asimilar que ni siquiera se inmutara al verme entre el público, es decir, ni siquiera una sonrisa, un gesto, nada.

Ugh, le detesto.

Intente calmar mi respiración que, inconscientemente, había acelerado al comenzar a pensar en todo esto. Respire profundamente y me mire nuevamente en el espejo. Ya había pasado, todo había pasado. Ya había hecho la pregunta, ya no tendría que pasar por eso de nuevo, ya todo estaba bien. Volvería a mi trabajo, conseguiría ese ascenso y sería feliz.

Salí del baño, casi como si fuera otra persona, más calmada, más relajada, y camine baje las escaleras hacia el primer piso. Busque con la mirada a Sean, pero no lo encontré por ninguna parte, por lo que me resigne a caminar sola hasta la barra que, se supone, estaría abierta toda la noche.

Out Of My Limit IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora