Despedida

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Habla Aitana

Amaneció, apenas había dormido, me había pasado la noche mirando dormir a Lucía mientras sonreía y le acariciaba el brazo. Se despertó con la luz del sol.

L-..mm...🥱
A- buenos días preciosa :)
L- buenos días amor 🥰 llevas mucho rato despierta?
A- Bueno... un ratito, pero me encanta mirarte dormir... pareces un ángel
L- 🥺🥺

Me infló a besos la cara entre risas.

L- venga, vamos a desayunar :)
A-..pff... no me quiero ir 😞
L- ya lo sé mi amor... ni yo que te vayas... pero ya verás que ya mismo estás de vuelta vale? :)
A-..😞

Me abrazó. Me quedé abrazada a ella un buen rato. No quería separarme...
Después de desayunar algo me llevó a la clínica. Cada día que me dejaba allí era una despedida, era horrible... siempre me ponía a llorar y Lucía intentaba aguantar la compostura y animarme pero se veía en sus ojos la tristeza. Me abracé a ella.

A- no te vayas porfa 😭
L- mi amor... ei... venga has de ser fuerte, en una semana volverás a estar en casa :)
A- es mucho tiempo...
L- piensa en las cosas que quieres hacer cuando salgas, dónde te apetece ir :)
A- si no me entero de nada, no sé ni qué películas hay en cartelera, aquí dentro estoy aislada 😞
L- pues te traigo yo la cartelera que haya esta semana cuando te venga a visitar y te miras qué peli te gusta para ir a verla el sábado, te parece? ☺️

Lucía siempre me intentaba animar y siempre tenía una sonrisa para mí.

A-..eres la mejor persona que existe...de verdad...

Volví a abrazarla. Entonces me llamaron de la clínica que ya tenía que entrar. Me agarré más a ella. No quería soltarla.

- Aitana has de entrar

Rodeé la cara de Lucía con mis manos y la besé con muchas ganas.

A- te quiero...
L- y yo a ti mi amor... sé fuerte por favor, vale?

Asentí.

- Aitana entra por favor

Volví a besar a Lucía, esta vez un beso más largo. Entonces me separé despacio de ella. No pudo aguantarse más y le cayó una lágrima. Le di la mano hasta que físicamente no pude más y me hicieron entrar... ya la echaba de menos... Lucía era mi energía, mi motivación, mi fuerza, mi todo, y cada vez que tenía que separarme de ella sentía como si me apagara.

FÉNIX (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora