Habla Lucía
Mejoré mucho con el tiempo. Aitana no dejó nunca de venir. Me dieron permisos para salir y comencé a ir a casa de mis madres una temporada. Aitana seguía viniendo siempre que podía aunque fuera un día solamente para poder verme.
Me dieron la chapita de los 4 meses. Aitana se cogió tres días de fiesta para poder venir a estar conmigo. Eso era lo que más me levantaba el ánimo de todo. Mis madres estaban muy contentas de volver a verme motivada y sobria.
Aitana se instaló en la habitación de mi hermano ya que él no estaba. Por la mañana después de desayunar fuimos a dar un paseo por El Retiro.
A- cuánto tiempo sin pasear por aquí...
L- sí...
A- es precioso este parque, siempre me ha encantado :)
Sonreí.
L- me trae buenos recuerdos...
A- a mí también :)
Pasamos por un puesto de helados.
A- quieres?
L- vale 🤗
Nos cogimos un helado y nos sentamos en el césped a la sombra de un árbol a comerlo. Cuando lo acabamos nos quedamos relajadas ahí.
A-..cómo te encuentras?
L- mucho mejor... gracias por todo... de verdad.. si no fuera por ti no habría podido hacer todo esto...
A- has de hacerlo por ti, aunque yo me voy a encargar de que lo cumplas 🙄
Me reí. Apoyé mi cabeza en su hombro y suspiré.
L- ahora en serio... muchas gracias
Me cogió de la mano.
A- no me las des vale?
L-..sí... tengo muchas cosas que agradecerte
A- pues la mejor forma de agradecérmelo es poniéndote bien :)
L- sí :)
Me acarició la mano. Nos levantamos y seguimos paseando. Estaba muy bien con ella, necesitaba su compañía, Aitana me hacía muchísimo bien. Tenía ganas de abrazarla, de besarla, dormir con ella... pero no quería volver a cagarla, así que no di ningún paso y dejé que de eso se encargara ella.
El resto del día estuvimos en familia. Por la noche mis madres se fueron a la cama temprano, yo me quedé en el sofá con Aitana. La verdad que estábamos sentadas de una forma de la que no estábamos acostumbradas. Un poco separadas, como si hubiera una barrera invisible entre nosotras. Me miró, yo la miré, ella sabía que estaba deseando abrazarla. Entonces extendió sus brazos y me dijo sonriendo:
A- ven aquí...
Me acerqué a ella y la abracé. Suspiré de felicidad de poder estar así. Ella me dio un beso cariñoso en la cabeza y nos quedamos viendo la televisión así, abrazadas.
