Capítulo 117 parte E

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Era miércoles por la noche cuando hicieron su arribo a la gran manzana; y Albert, Archie, Candy y Annie salían por la puerta VIP, mientras que Cisco y Luisito esperaban un momento en el andén.

De pronto...

— ¡Cisco, Luisito! — se escuchó la voz de Juan.

Éste se perdía entre la gente, distinguiéndole el español e indicándole a su acompañante adonde mirar, ya que volteaba para todos lados.

Después de tomar sus pertenencias, estos dos seres fueron hacia el empleado que saludaron y seguidamente les condujo al automóvil que amablemente la madre del actor dispusiera para llevarlos a su hotel.

Mientras tanto adentro, desde una pequeña sala de espera, y porque unos ojos color esmeralda miraban algo con insistencia, le preguntaban:

— ¿Qué pasa, Candy?

— ¡Oh, nada, Annie! — hubo sido la negativa respuesta cuando la verdad era que...

Desde que la rubia dejara su apartamento, un temblor se había apoderado de ella cuando recordó lo que había vivido casi un año atrás en su viaje a la gran ciudad; pero cuando arribaron a la estación y vio la figura bien proporcionada y alta del español con su peculiar barba, le llamó tanto la atención que la hizo olvidar su inquietud.

Lamentablemente, a pesar de tantas horas de viaje, nunca coincidieron; y Candy se había propuesto a ubicarle en el momento que abandonaran el tren. Por tanto, cuando le vio, no apartó su mirada de él y le siguió hasta que abordó el auto aquel.

En eso, vieron llegar a George; y conforme subían el equipaje al vehículo, el asistente hablaba en privado con Albert notando otra vez Archie la perturbación y enojo del rubio. Por ende, el sobrino se acercó para nuevamente saber:

— ¿Pasa algo, Tío?

— Sí — respondió él un poco molesto. — No estaremos solos en casa. Los Legan llegaron esta mañana.

— ¡Los Legan! ¡Diablos! ¿También vienen a la premier?

— Es lo más seguro.

En eso, Candy y Annie también se acercaron para enterarse:

— ¿Hay algún problema?

Albert les comentaría los pormenores, teniendo la solución:

— No, sólo un pequeño cambio de planes. Nos hospedaremos en el Plaza, ¿les parece?... No quiero que por ningún motivo los Legan te digan algo, pequeña, así que, como vinimos a divertirnos, los mantendremos a distancia.

Y así, todos partieron y llegaron a sus respectivos destinos. 

AMOR PERDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora