Richard iba a contestar; pero Terry decía:
— Padre, permíteme. Señora Marlowe, creo que mi hermano ha sido demasiado condescendiente a majaderías, y como al parecer no tiene intención de aclarar nada —, el actor volvió fugazmente sus ojos hacia el moreno, — haré las debidas presentaciones.
— ¿Cómo dijo? — farfulló la señora Marlowe.
— Que este hombre al que varias veces ha pedido callarse es mi hermano mayor José Francisco — el actor lo hubo dicho con cierto orgullo.
— ¡Imposible! ¿Acaso se quieren burlar de mí? — alegó la incrédula mujer.
— ¿Por qué razón, señora Marlowe? Además, déjeme decirle que ha insultado al verdadero Duque de Granchester
Un ¡AH! de sorpresa se oyó, uniéndose a la exclamación: Candy que con intromisión, preguntaría:
— ¡¿Qué dices, Terry?!
... provocando la risa del joven actor el cual le contestaba:
— ¡Tan entrometida como siempre, pecosa! —, mientras le tocaba la nariz con su dedo; pero ella...
— ¡Terry! — lo retó, más éste le diría al oído:
— Luego hablamos de eso.
— ¡Esto es increíble!
— No lo es, señora Marlowe — respondió el señor Granchester, — y en vista de que el asunto ha quedado disuelto considero que mi presencia no es más solicitada.
— Pero, Duque...
— Lo siento, Señora; lamentablemente yo no tengo el control sobre mi hijo; y aunque así fuera, he comprendido que tampoco lo obligaría a casarse por desamor. Le responderemos a su hija y le aseguro que tendrá una vida llena de comodidad y nunca le faltará nada. Así que, no teniendo otra cosa más que aclarar, con su permiso, yo me retiro.
Al intentarse dar un paso, Cisco lo detuvo:
— Padre
— ¿Si?
— ¿Puedo buscarte mañana?
— Cuando tú quieras... ya sabes donde estoy.
Los dos hombres se quedaron mirando de frente, sin ninguno saber qué hacer; pero el moreno le extendió su mano para despedirse, lo que el padre aceptó sonriente.
Consiguientemente, Cisco aprovechó para jalarlo y darle un abrazo muy fuerte, que como primera reacción, dejó sorprendido al hombre mayor y que conforme pasaban los segundos, sintió la calidez en el abrazo sincero de su hijo.
Eleanor se acercó al duque, y esperó que padre e hijo deshicieran el abrazo.
Después acompañó a Richard hasta la salida, donde la actriz le preguntaba:
— ¿Estás más tranquilo?
— No lo creo. Ahora sólo falta ir adonde Mildred.
La pareja llegó hasta a la puerta.
Ahí, en lo que Eleanor le entregaba su sombrero, él se ponía el abrigo y decía:
— Siento mucho las molestias ocasionadas; hablaré con mi abogado para saber lo que pasó. No me explico por qué no avisó de la llegada de mi aún esposa.
— Está bien, ya no te preocupes, de todos modos se tenía que enterar.
La actriz abrió la puerta, y el duque besando la mano de la hermosa mujer extendía:
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AMOR PERDIDO
FanfictieCandy nunca soñó que Terry estaba allí observándola y que luego se fue de Chicago cargado de penas y sin volver la espalda. ********* Primera historia escrita el 8 de Octubre de 2009. Primera historia compartida a mi audiencia del fandom de Candy Ca...