Capítulo 122 parte E

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La noche con su manto negro cubrió toda la ciudad; y todos nuestros amigos estaban en sus respectivos lugares ya listos para descansar y esperar un nuevo día.

Sin embargo, sólo una persona no conciliaba el sueño; y ésta se encontraba tras la ventana de su habitación admirando la luna llena y preparada para enfrentar su destino.

— Ahora sí, Terry, creo que ya ha pasado demasiado tiempo y es hora de que tú y yo arreglemos nuestra situación. No quiero perderte porque verdaderamente te amo, pero también he entendido que tú no me amas a mí. Así que, mañana será mi última oportunidad; y sé que mientras Candy esté a tu alrededor, yo no tengo ninguna esperanza; pero nuevamente NO depende ni de ti ni de mí. Hiciste una promesa y sé que delante de ella no podrás negarte a cumplirla, a menos que...

Susana se interrumpió de su monólogo para suspirar hondamente y después proseguir:

— A menos que ella haya cambiado de opinión y que esa sea la razón por la que está aquí — concluyó la rubia de cabellos lacios retrocediendo su silla de ruedas hacia la cama. Y ayudada por ella misma, se acostó y apagó la lámpara de la habitación.

Por otro lado, también otros bellos ojos miraban el cielo como buscando algo; y sosteniendo en sus manos: un trozo de papel, decía:

— Susana, ¿para qué quieres verme mañana? Tampoco me explico por qué Albert cambió de parecer y no nos marcharemos a Chicago sino hasta dentro de dos semanas más. Lo peor de todo es que yo necesito hacer algo; esta monotonía no es mi costumbre, pero aquí no puedo hacer mucho, aunque tal vez si consiga ser voluntaria en uno de los hospitales de la ciudad, pero... ¿qué hago con Annie? No puedo dejarle sola tampoco.

Candy fue a sentarse sobre la orilla de la cama; luego, echó su espalda hacia atrás para caer en los confortables edredones. Lentamente fue cerrando los ojos y un nombre se le vino a la mente y altamente lo pronunciaba con amor:

— Terry... Te quiero, Terry — aceptó la rubia suspirando, — pero Susana — finalizó con tristeza y así permaneció un buen rato. 

AMOR PERDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora