Capítulo 128: EPÍLOGO parte A

102 20 0
                                    

—Flash Back—

— ¡Qué mala suerte! Erré mi disparo — dijo Cisco con burla al ver el rostro pálido de Neil que se tapaba los oídos por el ruido provocado de la detonación.

— Creo que la mira está desviada, muchachos — se miró precisamente a los empleados, los cuales sonrieron con burla al ver que Cisco cerraba el ojo analizando la mira y el cañón de la pistola.

— Veamos ésta vez.

— ¡NO! — chilló Neil rápidamente. — Tú ganas. Firmaré.

— ¿Estás seguro?

— Sí, sí... haré lo que me pides, pero no me mates.

— Bueno, si es así... — se extendió el documento; — ya sabes dónde.

Y de su abrigo, el moreno sacó una pluma fuente, se la entregó y Neil estiró la mano para tomarla, pero Cisco se la quitó y comenzó a reír por la broma.

— No aguantas nada — dijo sonriente el moreno al darse cuenta del gesto del trigueño y ahora sí la puso en sus manos.

Con una mirada, Cisco vio a sus hombres y les guiñó un ojo al ver que el joven Leagan en verdad firmaba y aquellos asintieron. Cuando terminó, Neil devolvió pluma y papel...

— Muy bien hecho, muchachito. Entonces, tenemos un acuerdo. Sólo sí que te quede claro, la próxima vez no vacilaré en ponerte una bala entre ceja y ceja si intentas escapar de nuevo, pero dudo que siquiera lo pienses porque estarás vigilado las 24 horas del día. Bueno, pues marchémonos que ya es tarde.

— ¿Puedo irme a mi casa? — preguntó Neil con ingenuidad; y el español rió con ganas.

— Seguro — le afirmó, y el joven Leagan sonrió aliviado; — pero a tu nueva casa — le aseveró y aquel palideció.

AMOR PERDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora