El aire choca con mi rostro e involuntariamente cierro mis ojos, estar tirada en la calle con mi maleta y sin ningún tipo de apoyo era peor que Oliver y su rechazo. Realmente quería marcharme, ya no quería ver a Oliver, no quería tener que evitar a Roy y sin ningúna duda quería dejar a Asher.
Una patrulla se detiene en la calle en la que estoy y baja el vidrio lentamente dejándome ver a Lance.
—Debería arrestartre por obstrucción de vía pública—Habla burlón.
—Lo siento oficial—Le sigo el juego—Juro que no volverá a pasar—Levanto mi mano en juramento.
—¿Qué te pasó loquita?—Pregunta con el ceño fruncido al verme.
—¿Tan mal me veo?—Cuestiono con desagrado.
—Ya es normal verte así pero ¿Qué te pasó en la muñeca y en la frente?—Suelto una risa.
—Resulta que no soy muy buena deteniendo criminales—Me pongo de pie y tomo mi maleta.
—Sube—Ordena.
—No quiero un paseo a la comisaría prefiero ir a buscar un lugar para dormir, juro que no volveré a causar problemas...
—¿Crees que dejaré dormir a una niña en la calle?¿Tan amargado me veo?—Niega fingiendo decepción.
—Es normal verte así de gruño—Ataco—Pero gracias por preocuparte.
—No dejaré a la chica que apoyo a mi hija sola—Evito su mirada si lo miraba sabía que lloraría.
Abro la puerta del auto y subo, no hablo en el camino el nudo en mi garganta no me dejaba. Nos detenemos en una edificio.
Subimos por el elevador y nos detenemos en el sexto piso, el toma mi maleta y lo sigo hasta la puerta con el número "656". El abre la puerta y se hace un lado para dejarme pasar, el lugar es de un color amarillo pálido, los muebles en su mayoría son cafés.
—Puedes quedarte en la habitación de Sara—Informa guiandome al fondo del pasillo de una puerta rosa—Ella ya no está aquí así que puedes ponerte cómoda.
—Gracias oficial Lance—Le sonrío.
—No me agradezcas, yo casi no estoy así que tal vez contigo aquí le puedas dar toque más hogareño—Ambos quedamos en silencio—Me recuerdas a Sara—Lo miro mal—Ella tenía la misma mirada que tú pero ahora solo está preocupada por protegernos—Baja su mirada.
—Es un buen padre oficial Lance—Pongo mi mano en su hombro.
—Puedes llamarme Quentin loquita.
(....)
Mi celular vibra, dejo de acomodar la ropa en el mueble y tomo mi teléfono.
—¿Si?—Cuestiono sin ver quién llama—¿Si?—Vuelvo a preguntar pero no obtengo responde.
Me quedo congelada al escuchar su voz, reconocería aquella voz en cualquier parte, Salde Wilson.
Tomo la primera chaqueta que veo y salgo de prisa hacia al búnker. Corro lo más rápido que mis piernas me dejan, suspiro un poco al ver el bar frente a mi, lleno mis pulmones de aire y corro hacia al búnker.
—¡John!—Grito—¡Felicity!—Llamo—¡Sara!—Hablo desesperada—¡Roy!—Digo su nombre al verlo—¡Roy!—Exclamo sorprendida.
—¡Camille!—Dice igual.
Ambos tratamos de escondernos pero no funciona.
