Levantarme temprano para ir a Queen Consolidate me pareció una muy buena idea sin embargo ese sentimiento desapareció en el momento en el que Isabel Rochev atraviesa la puerta de la oficina.
—Oliver no está—Junto unos papeles y me pongo de pie, no tenía ánimos de verla.
—A ti te estaba buscando—Mi ceño se frunce.
—No estoy disponibles para idiotas como tú—Sonrió amable.
Camino a la puerta y sujeto la manija.
—Salde tenía razón eres de otro mundo—Me quedó helada al escuchar eso—O dijo realidad—Sostengo con fuerza la manija pero la suelto para volver a ella.
—Será mejor que te calles si no quieres que Oliver se entere de que lado estas—Advierto.
—No estás en posición para amenazarme Russell—Levanta su mirada hacia mi—No después de que robaste el libro y les mentiste sobre ti—Cierro mi puño—Ahora quien da órdenes soy yo...
—No estés tan seguro de eso—Elevo mi mentón desafiante.
—Yo creo que sí—Se acerca más a mi—Por tu bien te aconsejo renunciar y después eso despedirte de Oliver y compañía.
—¡Ja! Crees que haré lo que una anciana con botox me diga—Su sonrisa se borra.
—Lo tendrás que hacer—Sujeta mi cabello con fuerza—Yo no tengo nada que perder en cambio tú si—Era cierto—Perderías a tus amigos, la posibilidad de volver a tu realidad y sobre todo a Oliver—Cada vez más jala mi cabello—Así que si no quieres que tú falsa vida se arruine renuncia a tu trabajo como secretaria y con tu trabajo de segunda opción de Oliver—Me suelta y se gira, miro un par de tijeras en el escritorio y sin pensarlo las tomo para cortar gran parte del cabello de Isabel.
Ella se gira enojada y sin creerlo al igual que yo me encuentro con una mano sujetando las tijeras y en la otra su cabello.
Antes de poder reaccionar Isabel grita y jala mi cabello enojada, volviendo a discutir, trato de empujarla y cuando puedo rasguño su mejilla y brazos. Por accidente sus manos se resbalan de mi cabello aunque a este punto creo que lo arrancó lo cual provoca que nos separemos, aprovecho y con toda la fuerza que quedaba en mi cuerpo la empujó.
Ella está dispuesta a seguir pero es detenida por la puerta que se abre, Oliver y Sara entran, está última mata a Isabel con la mirada. Oliver se acerca a mi para sostenerme.
—Otra vez ¿De verdad?—Pregunta cansado—Es la última vez que pasa, será mejor que te marches Isabel—La castaña no se mueve.
—Ire a mi oficina después de que...
—No me refería que te marcharas de la oficina me refiero a que estás despedida—Isabel y yo miramos a Oliver con sorpresa.
Sara se mantiene sería en una esquina observando todo.
—¿Qué?—Pregunta sin creerlo—No puedes echarme—Su mirada se fija en mi y una sonrisa maliciosa aparece en su rostro, sabía que debía hacer.
—Oliver—Susurro—Esto no volverá a pasar por qué yo renuncio—El se aleja un poco de mi para verme.
—¿Qué? ¿Es una broma?—Niego.
—Yo ya no quiero ser parte de la empresa—Miento—Ni siquiera quiero estar cerca de ti—Tenía que herirlo para alejarlo de mi—Me enferma estar cerca de alguien tan patético—El me mira fijamente un millón de cosas pasan por su mente.
Me alejo de el y camino a la salida, lo último que veo es la sonrisa victoriosa de Isabel, me retracto y vuelvo a ella para estampar mi mano en su mejilla y salir a paso apresurado.
(...)
Me dejó caer en la cama como niña pequeña y lloro, no podía detenerme parecía que jamás dejaría de hacerlo, la puerta se abre y siento como el colchón se hunde, no me importa de quién se trata yo solo lloro y abrazo a mi misma.
—Hazlo, llora todo lo que puedas para que vuelvas a estar bien—Asher pasa su mano por mi espalda repetitivamente.
—Yo... Ya no puedo—Chillo con la voz entre cortada—¿Cuando... Se salió todo control?—Hablo sin dejar de llorar—Isabel robo las acciones de Queen Consolidate, Slade tiene a Thea y... Yo ya no puedo ayudar en nada... Y Oliver me odia—Giro para poder ver a Asher.
—Si sirve de algo, Oliver encontró a Thea—Dice para después abrazarme.
—Ya no quiero estar aquí—Chillo—Quiero volver—Tartamudeo.
—Volveremos Camille—Asegura—Solo tienes que esperar.
—Me lo prometes—Me siento en la cama y el toma mi rostro entre sus manos para limpiar mis lágrimas.
—Lo prometo.
(...)
—¿Qué haces aquí?—Pregunta Oliver cuando entra al búnker.
Había esperado toda la tarde a qué salieran de aquí para poder entrar por flechita, no pensaba dejarlo aquí.
—Vine por flechita—Finjo que no me interesa hablar con el—Ya lo tengo así que me voy—Me detiene.
—Se que no hablabas enserio—Bajo mi mirada ante sus ojos intensos.
—¿Qué diablos sabes tú?—Bufo—No sabes nada Oliver, no tienes ni idea.
—Entonces dime—Pide suplicante.
—Ya lo dije hace rato, estar cerca de ti me enferma, no quiero trabajar para un niño mimado que se volvió un asesino—El tensa su mandíbula, si quería que lo creyera tenía que mirarlo a los ojos—Me equivoqué contigo eres alguien malo, pero que podía esperar de ti, solo cree una imagen perfecta para ti por qué sabía que si toma el tiempo de concerte me decepcionaría como lo estoy en estos momentos.
—Camille—Pronuncia con una pizca de dolor.
—Eres patético.