—Uy, nuevo personaje desbloqueado—digo entrando al búnker.
Oliver me mira y me regala una media sonrisa.
Me dedico a ver a John entrenar junto a una chica de piel morena clara y cabello negro.
—La conocimos cuando fuimos a Rusia—infroma, lo miro sin creer.
—¿Y no me llevarón?—pregunto ofendida, el ríe un poco.
—Fue antes de que formarás parte del equipo flecha—mi ceño se furunce y el luce desconsertado—No se por que lo llame equipo flecha.
—Yo...
—Dinah—Oliver me interrumpe—Ella es Rosé—me acerco a ella y sujeto su mano.
—Es un gusto—sonrió.
—El gusto es mío—luce incómoda así que le sonrió por última vez y me alejó un poco.
—Tenemos problemas—levanto mi mirada para ver al rubio—Felicity, Rosé quédense aquí vigilando todo—ordena y asiento con la cabeza.
Felicity empieza a informar a todos por el audífono mientras yo me quedo dando vueltas en la silla.
La puerta del búnker se abre y Thea entra, me mira con sorpresa pero después parece entender.
—Hola—saluda la rubia poniéndose de pie—Hace mucho que no te veía por aquí.
—Lo sé, he venido a arreglar las cosas—explica.
—Thea, Rosé ahora es parte del equipo—me señala.
—Siempre—el guiño un ojo.
—¿En qué te puedo ayudar?—pregunta Felicity.
—Susan sospecha que Oliver es flecha así que estaba pensando en hackear su computadora—mis ojos se abren con sopresa.
—¡Oh!, Eso es muy malo—chilla Felicity mientras empieza a teclear en su computadora.
—No será muy evidente que es Oliver—ellas me miran sin entender—Me refiero a que Susan le acaba de preguntar a Oliver si es flecha y el se negó y de la nada desaparece la información, no será muy raro—ellas lo meditan un poco—Pero en fin quien soy yo para juzgar su plan así que háganlo y háganla quedar como una mentirosa—Thea ríe un poco al igual que Felicity.
(...)
—In this word, it's just us, you know it's not the same—dejo de cantar cuando alguien quita mis audífonos de mis oídos de manera bursca—¡Ey! El esmalte—me quejo viendo mis uñas recien pintadas.
Oliver me suejta de los hombros y me levanta de la silla sin ningún esfuerzo.
—¿Tú ayudaste a hackear la computación de Susan Williams?—lo miro con miedo.
Pienso en mis palabras por unos segundos.
—Yo... Es una gran historia en la que me veo involucrada pero...
—¿Tú ayudaste a Felicity y le dijiste la hiciera quedar como una mentirosa?—me sujeta con más fuerza.
Miro a un lado y veo a Felicity quién evita mi mirada.
—Ni Judas fue tan traicionero...
—Perdón—chilla.
—Métete tu perdón por el...
—¿Por qué lo hiciste?—vulvo mi mirada a Oliver.
—Si me sueltas podría decirte—me quejo.
El reacciona y me suelta rápidamente, sobo mis brazos con una mueca.
—Susan iba a decir quien eres—me excuso.
—Eso no era tu problema—dice molesto.
—Si lo es por qué soy parte de este equipo—me defiendo.
—¡No, no eres nadie en este equipo como para decidir algo así!—me girta y mi ceño se frunce.
—¡Yo no lo hice, solo hice una sugerencia!—lo apunto.
—¡Esa sugerencia acabo con la carrera de mi novia!—ruedo los ojos.
—¡Ja! Ni siquiera la amas—bufo.
—¿Tú qué vas a saber?—pregunta sarcástico—¡La amo más que mi vida!—fingo desinterés.
—Para alguien que quería morir hace algunos meses, no suena tan bien—ataco.
—¡Largó!—suelto una risa.
—¡No me voy a ir!—me siento en la silla sin intención de moverme.
—¡No lo pediré dos veces!—amenaza.
—No me pienso ir—hablo más tranquila, siempre tenía que ser yo la madura en la relación... Relación inexistente—Si quieres irte hazlo pero después nos agradeceras lo que hicimos—lo miro fijamente.
—Bien, me iré.
(..)
Entro a la oficina de Oliver a pesar de todo aún trabajaba en la alcaldía.
Oliver me mira con molestia, dejo el café a en su escritorio y miro a Adiran, un empleado de Oliver.
—No te agrado—asegura.
—¿Por qué piensa eso?—cuestiono sin ganas.
—No trajiste café para mí—miro el café de Oliver.
—No, no me agrada—sonrió falsamente—Me da una vibra rara.
—Rosé, ¿por qué siempre eres tan imprudente?—niega Oliver.
—Una vez te guste por eso—susurro.
—¿Qué?—cuestiona.
—Que evenene su café—el me mira mal—¡Es broma!—exclamo cuando hace si café a un lado.
—Dejen de discutir—pide Adrian viéndo la televisión.
—¿Quién eres tú para decirme que hacer?—pregunto.
—Querida en estos momentos...
Mi cerebro deja de funcionar en ese momento y sin evitarlo empezó a llorar, siento un vacío en mi pecho y suejto mi pecho por qué duele, duele mucho.
—¿Qué pasa Rosé?—pregunta Oliver preocupado sujetando mi brazo.
—Señor está en la televisión, siendo acusado de...
—¡Eso no importa ahora!—gruñe, Oliver levanta mi rostro para verme—¿Qué pasa Rosé?
—¿Dónde está mi Asher?