Camino con prisa por todas partes, voy de derecha a izquierda de arriba a abajo buscando cualquier cosa que pueda ayudarme, el aire es fresco y es de noche lo cual hace todo mucho peor, por un breve momento pensé en sentarme en cualquier lado y esperar a despertar pero todo se sentía tan real. Cansada me detengo enfrente de lo que parecía una comisaría o algo parecido. Cierro mis ojos e intento despertar mientras pellizco mi brazo, respiro hondo y exhalo lentamente mientras abro mis ojos, suelto un pequeño grito con frustración al ver que sigo en el mismo lugar.
Resignada me asomo por la ventanilla del lugar y miro a varios policías caminar de un lado a otro, me llama la atención uno en especial, es alto y su cabello es negro con algunas cuantas canas lleva un saco y su placa, mis ojos se abre y sin evitarlo me encuentro caminando hacia dentro del lugar.
Una vez que estoy dentro el aire caliente choca contra mi rostro y me relajó un poco.
Me acerco a el y con temor tocó su hombro.
-Quentin-Chillo con emoción, el se gira para verme y su ceño se frunce.
-¿Si?-Dice con tranquilidad.
-Eres tú-Sonrío ampliamente-Eres más alto de lo que imaginaba-Hablo sin pensar.
-¿Qué rayos?-Exclama.
-Okey-Vuelvo a la realidad-Esto puede sonar extraño pero estoy en lo que creo mi sueño y solo necesito que me dejes quedarme en tu casa hasta que despierte-Digo rápidamente, a cada palabra el luce más confundido.
-¿Quien eres?-Su postura cambia y me intimidad un poco.
-Tio Lance-Susurro mientras me hago más pequeña.
-No tengo sobrinas-Bufa-No tengo tiempo para esto.
-Espere-Lo detengo-Solo necesito que me deje dormir en un lugar seguro.
-¿Solo eso?-Dice más tranquilo.
-Si-Sonrío tranquila.
-Sigueme.
<Eso fue más sencillo de lo que esperaba> Pienso.
Sigo a Quentin por rato hasta que se detiene en una puerta gris, el la abre y se hace a un lado para que pueda entrar, sin pensarlo entro a la habitación y seguido el cierra la puerta detrás de mí.
Giro rápidamente e intento abrir la puerta pero tiene seguro así que doy pequeños golpes.
-Quentin déjame salir-Grito pero no recibió respuesta.
La luz se enciende y miro un vidrio y del otro lado estaba Quentin con una sonrisa.
-Este es un lugar seguro para ti-Habla-Loquita-Agrega.
-No estoy loca-Chillo, el me mira y se encoge de hombros.
Me miró y realmente me miraba como un loca, mi cabello estaba un poco despeinado y llevaba una pijama de ositos.
Estaba a punto de hablar pero la puerta se abre y un hombre de tez morena me deja salir.
-Largo de aquí-Dice el.
-No vuelvas a hacer bromas señorita -Habla Quentin llegando a mi lado.
-Pero...
-Sal de aquí-Dice con voz autoritario.
Mis pies se mueven por mi y rápidamente salgo de ahí.
Hago un pequeño berrinche y sin más vuelvo a emprender caminata.
Después de varios minutos de caminar la cuidad se vuelve más solitaria y menos glamorosa, las pocas personas caminan rápido.
De un momento a otro alguien me toma del brazo y me pega contra la pared de un callejón. Siento como mi corazón casi sale de mi pecho.
-Dame todo lo que tengas-Dice un hombre con voz gruesa.
Sin evitarlo rio exageradamente y el aprieta más el agarre.
-¿Parece que tengo algo valioso?-Chillo.
-Bueno es una lastima....
Siento pánico eh intento moverme pero el me sostiene con fuerza.
-No te dijieron que así no se trata a una mujer indefensa-La voz de alguien más se hace presente.
-No soy indefensa-Me quejo mientras el hombre me suelta.
Cuando me giro me encuentro con el hombre que anteriormente me sujeto y otro con una chaqueta roja y una capucha. El de capucha roja golpea el rostro del otro y este cae al suelo.
Me sorprendo por lo rápido que caí.
El sin decir nada se aleja.
-Gracias-Digi mientras corro detrás de el, el se gira para verme-Gracias-Repito intentando regularizar mi respiración.
-No agradezcas-Bufa-Solo lo hice por qué tuve un buen día-Dice frío.
-De todas maneras grac....
-Te daré un consejo-Su voz se vuelve más seria-Sal de los galades-Su capucha por accidente se cae y miro su rostro.
Está era mi oportunidad, no puedo evitar mi emoción.
-Roy.