—Lleva semanas así—Dice Oliver en un susurro.—Yo... yo estoy tratando de animarla pero ¿Cómo puedo hacerlo cuando yo mismo siento que muero?—Suspiro sujetando la manta con fuerza.
—Oliver—Lo llama Asher—Tranquilo, yo la cuidare—Asegura, ambos quedan en silencio.
Desde hace varias semanas la rutina era así, Oliver transformaba su tristeza en enojo para combatir la delincuencia en Cuidad Starling y mientras el se ausentaba Asher venía y me cuidaba cuando Oliver volvía el se encargaba de bañarme, alimentarme, trataba de animarme lo cual era una tarea difícil, el mayoría del tiempo lloraba o me la pasaba en la cama sin ánimos de nada, parecía un cascarón estaba ahí pero realmente no lo estaba; en su lugar estaba nadando en un mar de agonía.
—Gracias Asher—Su voz suena sincera.
Escucho la puerta cerrarse y después siento como una parte de la cama se hunde.
—Camille se que estás despierta—Canta—¿Quieres comer algo? ¿Ver alguna serie o película?...
—Quiero que me dejes sola—Gruño.
—No puedes darte el lujo de hablarme mal—Amenaza—Ya espantaste a Lance con tus gritos a Thea le lanzaste una almohada, tiraste la comida de Felicity, John y Layla apenas pueden con su hija como para soportar a otra y a Laurel se le acabará la paciencia—Recuerda.
Sabía que no era culpa de ninguno de ellos y apreciaba que tratarán de ayudarme pero quería estar sola.
—Solo cierra la boca—Ordeno sin abrir mis ojos.
—Apestas—Suspira—¿Cuando fue la última vez que Oliver te baño?—Pregunta.
Abro mis ojos y me encuentro con el pelinegro apoyado en sus codos mirándome con disgusto.
—Ayer—Gruño.
—¡Ahhh!—Exclama—Entonces lo que huelo es desesperanza y tristeza.
—¡Largo!—Grito golpeando como puedo su frente.
—¡Oye!—Se queja—Que amargada—Bromea, Asher solía bromear para tratar de animarme—¿Por qué no sales a trotar o bailar? Oh, cierto, no puedes—Se ríe.—Riete amargada o golpeame cualquier cosa es aceptado pero dime algo—Pide sacudiéndome.
—Estoy paralizada y el doctor dijo que no podré tener otro hijo Asher, no quiero reír y no quiero golpearte—Asher cae en cuenta de mis palabras y deja de reír.
—Lo se Camille y eso me está matando.
(...)
—Si las bromas no funciona—Asher abre la puerta y entra con seguridad—Usare el ¡Enojo!—Grita esto último, Asher se arrodilla sobre la cama y me quita las cobijas.
—¿Qué... ¡Ahhh!—Grito cuando levanta una de mis piernas al aire aunque no sentía dolor me molestaba su acción.—¡Asher, sueltame!—Digo entre dientes—¡Ahh!—Vuelvo a gritar cuando deja caer mi pierna en la cama por el sonido del timbre.
—Vuelvo rápido—Avisa poniéndose de pie—No te muevas.
—Maldito idiota—Lanzo mi almohada a su cara pero este cierra la puerta y no lo golpea.
La habitación queda en silencio unos minutos, minutos que apreció profundamente, respiro y exhalo.
—Camille—Cierro los ojos y aprieto mis puños cuando escucho la voz de Asher—Vienen a verte.
