Estallo en carcajadas al momento en que Felicity cae al suelo después de John la lanzará, esto de ver las clases de defensa personal que John nos daba era divertido a excepción de cuando era mi turno.
—¿Es necesario?—Pregunta Felicity adolorida.
—Si van a estar en esto me hace sentir más seguro que sabrán defenderse aunque sea un poco—Explica viéndome.
—¡No, no!—Exclamo negandome—Deje muy en claro la última vez que yo no quiero tus clases de defensa, estás manos—Alzo mis manos y se las muestro—No sirven para golpear, son para salvar vidas.
—¿Recuerdas el criminal de joyas que te rapto y casi mueres por una contusión?—Me recuerda John.
—Camille—Arrastra mi nombre.
Me pongo de pie y comienzo a observar el arco de Oliver.
—Mejor aprenderé a usar el arco—Sonrió mientras lo tomo en mis manos.
—No creo que sea buena idea—Dice John inseguro.
—¡Camille baja esa cosa!—La rubia se esconde detrás de John.
La puerta del búnker se abre pero lo dejo pasar.
—No sean cobardes no es como que vaya a matar a alguien con eso.
—¡Camille!—La voz de Oliver me asusta provocando que gire a su dirección y por accidente soltando una fecha.
Mis ojos se abren exageradamente al ver cómo la maldita flecha se impacta en la pierna de Oliver.
—¡Santo Dios!—Exclamo asustada, el luce tranquilo—Lo siento tanto.
A este momento Felicity se encontraba gritando y John observando todo el panorama.
—Yo seré la responsable de la muerte de Oliver Queen—Chillo mientras me acerco a el—¡Llamen a una ambulancia!—Grito—Pidan ayuda pero para mí, siento que voy a morir—Doy giros en la habitación—¡La vas a perder!—Miro la pierna la cual estaba llena de sangre.
—¡Camille!—Llama Oliver.
—¡No me mires!—Ataco lanzando su arco cerca—No quiero ir a prisión, el naranja no me gusta, soy muy inocente como para estar ahí—Hablaba rápida.
—¡Camille!—Grita Oliver.
—No fue intencional así que tal vez no me metan a la cárcel o tal vez tenga que deshacerme de la evidencia... Y los testigos.
—¡Camille!—Oliver se pone de pie y saca la flecha de su pierna sin quejarse para después dejar la flecha en la mesa.
—No hablaba en serio en la parte de deshacerme de los testigos—Sonrió incómoda—Me tengo que ir—Aviso.
Subo las escaleras para subir al bar con cuidado de no ser vista, camino a la barra.
—¿Dónde estabas?—Brinco al escuchar a Tommy detrás de mí.
—En el baño—Miento.
—Como sea—Bufa—Tengo un regalo para ti—Sonrie.
—¿De verdad?—Hablo feliz.
—Lo juro—Se pone detrás de mí y cubre mis ojos.
—Pero hoy es tu cumpleaños, yo debería darte un regalo a ti—Chillo—O espera si lo tengo—Ambos reímos.
—Shh—Me calla—Ya casi llegamos.
Dejó de sentir sus manos manos y abro mis ojos.
—Tommy—Digo intentando no llorar o reír.