—¿Me extrañaste?—Giro y miro su rostro, sin evitarlo unas pocas lágrimas de alegría bajan por mis mejillas.
—¿Dónde estabas?—Pregunto en voz alta para que me alcance a escuchar.
—Estaba en mi hogar pero ahora estoy aquí—Sonrie.
El se acerca a mi y cuando está lo suficientemente cerca sonrío para después estampar la palma de mi mano en su mejilla.
—¡Oye!—Se queja.
—Eres idiota ¿Cómo es que solo desapareciste?—Hablo enfadada.
—Maldita loca—Gruñe.
—¿Dónde estabas?—Vuelvo a preguntar con esperanza de que sea más específico—Te necesite idiota.
—Estaba en mi hogar hasta que una maldita llorona me llamo—Dice de la misma manera.
Le doy un empujón y el a mi, así seguimos de manera constante hasta que Asher cae al piso por mi exceso de fuerza. El me mira con enojo, sabía que estaba en problemas, sin perder tiempo corro lejos de él.
—¡Camille!—Grita con fuerza.
(...)
Oliver, Roy y John se encontraban en Corto Maltés buscando a Thea, Felicity estaba trabajando con Roy por mi parte hablaba con Asher sobre su desaparición.
—Si no quieres estar aquí vete—Gruño ante los quejidos de Asher por arruinar su vida perfecta.
—Lo haría pero después llorarías por mi—Dice egocéntrico.
Rio sin evitarlo, me miró como una loca pero no podía dejar de hacerlo.
—Ni que fueras Harry Styles—Digo ya un poco más tranquila.
—Eres odiosa—Me empuja para caer en el sillón—Por eso Oliver no te quiere—Gruñe.
—De echo creo que me ama—Lo reto, pasan unos minutos y ambos comenzamos a reír.
—Si, claro—Se burla.
El queda en silencio viendo a un punto ciego mientras yo lo miro a el, debía admitir que Asher era atractivo demasiado para mí gusto, sus ojos eran de un azul que nunca había visto, su cabello negro y su mandíbula estaba más marcada que mi futuro.
—Se que soy atractivo—Parece que leé mi mente—Pero que me mires fíjamente me hace sentir incómodo si quieres besarme solo hazlo—Bromea o eso espero.
—Eres tan egocéntrico—Ruedo los ojos—Solo pensaba...
—¿Puedes pensar?—Finge estar sorprendido y yo golpeó su hombro.
—Deberías ir a ver a Celeste—Su semblante cambia por uno serio—Ella te ama—Trato de que recapacite.
—Yo no a ella—Dice como si nada—Yo estoy enamorado de alguien más y te puedo asegurar a qué esa chica y yo estamos destinados—Alzo mi ceja.
—Tan seguro estás—Ladeó mi cabeza.
—Si, de echo me recuerdas a ella—Finjo desagrado—Las dos se meten en problemas y tengo que resolverlos por ellas.
—Yo puedo resolver mis propios problema—Ataco.
—Y lo haces muy bien ya que la última vez moriste en esta tierra—Sonrie victorioso.