Abro mis ojos cuando quitan la bolsa negra que me habían puesto, trato de acostumbrar mi mirada a la luz que hay, parpadeo un par de veces y el dolor se hace cada vez más presente.
—Camille—busco la conocida voz.
Jhon está a unos metros de mi, el también está amarrado. El no era el único, de igual manera se encontraban Felicity, Curtis, Lance, Thea y Dinah.
—¿Qué mierda paso?—cuestiono adolorida.
—Estos malditos nos tienen—gruñe el moreno.
—¡Eso es obvió!—exclamo molesta.
—Veo que ya despertaron—miro a Laurel que no es la Laurel que conocemos, eso era algo confuso.
—No, aún seguimos dormidos—me burló.
—Camille—chilla Lance.
—Veremos si tú actitud bromista sigue—mi ceño se frunce cuando hace una seña hacia los demás de grupo.
De entre ellos sale una cabellera negra y otra rojiza, como puedo me pongo de pie y trato de acercarme a ellos.
—¡Asher!—exclamo aliviada y sorprendida—y... Elena—suelto con menos ánimos.
Ambos mantienen serios, el tiene la mirada perdida y Elena se mira asustada.
—¡Ash...
Mi cabeza se ladea cuando siento la mano del pelinegro estrellarse con mi mejilla, suelto un respingo al igual que todos.
—¿Asher?—cuestiono dolida.
—Es maravilloso lo que se puede hacer con la mente humana—Laurel sonríe.
—¡¿Qué le hicieron?!—grito molesta mientras soy jalada por dos chicos vestidos de negro.
—Es inútil Camille, algo le sucedió y no se que es—admite derrotada.
—¡No sabes, no sabes!—grito irónica—¿Como no vas a saber, eres idiota?—hablo molesta—Debiste hacer algo.
—Camille—me llama Lance con reproche—Es solo una niña al igual que tu cuando llegaste aquí, no la culpes por no saber que hacer—pide.
—Yo nunca hubiese permitido que le hicieran eso a Asher, nunca—dijo viendo directamente a Elena, sus ojos se vuelven cristalinos.
—Solo estas molesta y asustada por lo que le hicieron a Asher—miro a Thea.
—¿Que?—susurro.
—Todos aquí sabemos que cuando se trata de Asher tu juicio se nubla... El, es diferente para ti, lo amas—termina John.
—Si, que son fastidiosos—se queja Laurel—afortunadamente llego la hora la diversión—los guardias de Laurel se acercan a nosotros y pone de de pie a todos menos a mi—para ti, tienen otros planes, bonita—se agacha a mi altura y sonrie.
—¿Que harán?—cuestiono con miedo—¿A donde los llevan?—mi voz sale rota y con desespero.
Lance trata de soltarse y acercase a mi, imito su acción.
—No dejes que me lleven con ellos—suelto con miedo.
Lance trata al igual que John pero es imposible.
—Volveré por ti, lo prometo, te buscare.
(...)
—¿Que hacemos aquí?—pregunto cuando me terminan de esposar al pilar del viejo templo.
—Eso lo sabrás en unos minutos—se burla Laurel.
