Cabeza de Camión

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—Entonces... ¿Qué piensas hacer?—pregunta el.

—No lo sé—admito—Tal vez vaya a la tienda y compré helado para...

—Hablo de Aidan y Oliver—aclara con fatiga.

—Oh, eso—muerdo mis uñas—No lo sé, tal vez vaya por el helado y me quedé aquí sin hacer nada.

Lance me ve y niega con una sonrisa.

—Me dijiste que Oliver es el amor de tu vida y querías volver con el y ahora dices que solo te quedarás aquí—suena molesto.

—¿Qué puedo hacer?—pregunto—El está con esa reportera bonita.

—¿De verdad éramos amigos?—lo miro ofendida.

—Mas que eso, éramos como padre e hija—gruño.

—Es que yo no soy amigo de personas que se dan por vencidas tan rápido.

—Que mala manera de usar la psicóloga inversa—me quejó.

—Mejor deja de llorar y levantate—ordena.

—¿Por?

—Trabajamos ¿Lo recuerdas?—dice obvio.

—Oh, es cierto—bufo—Extraño ser la prometida del alcalde y gozar de los privilegios.

—Eso no es muy independiente de tu parte.

—Nunca he sido muy independiente—miento.

—Si, eso parece—se burla.

—Pero eso no importa ahora—no deja de caminar—Thea es un poco difícil pero tú eso ya lo sabes ¿No?.

—Si... Bueno no... No lo sé.

—¿Qué?

—Cuando llegué era muy cercana a  Thea y Roy pero después me integre al grupo flecha y Roy se fue—explico—Thea y yo dejamos de vernos pero aún así nos queríamos.

—Oh, creí que eran más cercanas.

—Lo éramos pero supongo que estar con Oliver era mas importante para mi—me detengo y cuando Lance se da cuenta el también.

—¿Qué ocurre?—pregunta con intriga.

—Diablos—susurro—mi mundo girba por Oliver—Lance me mira sin entender y si ceño se frunce más cuando empiezo a reír como loca.

—Okey loquita, ya no entiendo—murmurra apenado cuando la gente nos mira mal.

—¡Yo, yo me centre en un hombre!—Limpio un par de lágrimas rebeldes que bajaron debido a lo mucho que reía—¡Me apendeje por un hombre!.

—¿Apendeje?—

—¡Soy Camille Ruselle!—levanto mis brazos para señalarme—¡No necesito recuperar a Oliver porque nunca lo he necesitado!—grito.

—Lo entiendo, no lo necesitas pero ahora tenemos que irnos.

—Si el quiere olvidarme y meterse con una estúpida reportera no es mi problema.

(...)

—Buenos días—saludo amable a Thea.

—Buenos días—dice sería.

—Que animada—Thea levanta la vista de la computadora y me mira sería—Lo siento—me apresura a decir.

—Entraste por suerte—la miro fijamente—Asi que no la tientes—amenaza.

—No seas tan dura—pide Lance.

GOLD EYES ~Oliver Queen~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora