—Esto es horrible—Me quejo al sentir como mi estómago ruge, busco con la mirada algo para poder comer pero el refrigerador estaba muy lejos.
—Actúas de manera rara—Asher frunce su ceño—Me refiero a que siempre tienes hambre pero ahora más—Arroga un paquete de galletas a mis piernas.
Me quedó callada, no sabía cómo decirle al pelinegro lo que ahora crecía en mi vientre, sabía que se pondría como loco pero era Asher, mi Asher, quería que lo supiera.
—¡Mira!—Señalo a la rubia que entra con la puerta acompañada de Ray—Llegaron.
Me pongo de pie, me sujeto de Asher cuando todo a mi alrededor da vueltas, Asher me sujeta fuertemente y me mira preocupado, trato de con la mirada decirle que estoy bien pero las náuseas no me dejan.
—¿Estás bien?—Pregunta disgustado.
—Si solo....—Corro hacia al baño para dejar todo ahí, detrás de mi escucho las pisadas de los chicos.
—¡Que asco Camille!—Suelta Asher.
—¡Ayudala!—Dice Felicity desesperada.
—Yo paso—Ruedo los ojos—Yo no le dije que se comiera ese bote de nieve con menta, ella lo odia.
—Tal vez es por el emb...
—¡Ray!—Lo callo—No podemos hablar del embatido.
—¿Embatido?—Preguntan los tres confusos.
—Embutido—Corrige Felicity.
—Eso—Me pongo de pie.
—Te aseguro a qué ni siquiera sabes que significa esa palabra—Asegura Asher con burla.
—Ya no quiero hablar del tema—Tomo mi cepillo de dientes—Mejor llama a Lance, el me dijo que me acompañaría a comprar unas cosas—Miento.
—Tu amigo acaba de volver de la muerte y lo que te preocupa es comprar tus cosas en vez de pasar tiempo con el—Dice molesto.
—Tengo que ir con Quentin—Tomo mi bolso y trato de salir.
—Voy contigo.
—No Asher—Lo detengo—Tu mismo lo dijiste, volviste de la muerte amigo mío, debes descansar—Le doy un leve empujón.
—Pero siempre estamos juntos—Se queja.
—Es por eso, necesitas descansar y sabes que estar en un cuarto lleno de cerebritos nos es lo mío Alex—Ambos nos miramos cuando digo ese norme—Asher—Cirro mis ojos y lo señalo—Asher.
....
Quentin y yo estábamos en una cuidad vecina de cuidad Starling, no sería muy bueno ir al hospital de nuestra cuidad así que acordamos que venir a otro hospital sería lo mejor.
—Buen día—Saluda el chico de cabellos morados.
—Buen día—Responde Quentin por mi, si, estaba nerviosa, Oliver llegaría después—Tenemos cita con la pediatra—El chico asiente y baja su mirada a la pantalla.
—Sus nombres—Pide, Quentin me mira y yo a el—¿Cuál es el nombre de su....
—Esposo—Digo insegura tomando el brazo de Quentin—Esposo—Repito.
—No, el de usted señorita—Rie un poco.
—Alaska—Miro al ver la pintura que arriba decía "Alaska"—Alaska...—Miro a Quentin por ayuda—Alaska Sánchez—Cierro mis ojos.
