~•LA MUDANZA•~

2.7K 274 28
                                    

•~Capítulo.26.~•

DEDRICK

¿Ahora cómo me concentro yo?

Todos mis pensamientos me llevan a Egan.

Aquí estoy, en mi oficina, con una montaña de papeleo por leer, revisar y firmar y no puedo porque tras cinco documentos enseguida mis pensamientos y recuerdos vagan a ese granuja que sin hacer nada me vuelve más y más loco. Ya no puedo más.

Quiero volverlo a ver.

Mis ojos van a parar en mi móvil y me pregunto si llamarlo o no. Después de estarme cuestionando si hacerlo o no, me decido por sí hacerlo. Cuando mi mano está por rozar con las yemas de los dedos mi móvil, la puerta se abre dejando pasar a Ada, como siempre sonriente y elegante, con ganas de chisme, a Armin, como siempre con una piruleta en la boca y con mirada despreocupada y Edel, pisándole los talones a Armin.

Aparto mi mano del móvil y froto mi cara no creyéndome que a estos tres estupidos nunca se les ocurra tocar la puerta antes de entrar a mi oficina.

— Buenas tardes, ¿Vamos a comer?— Me saluda Ada, sentándose sobre mi escritorio.

— No, adiós.— Me niego tomando bajo la atenta mirada de los tres otro documento.— Cerrad la puerta al salir.

Sin levantar la mirada sé que es Armin quien se acerca, ruedo los ojos al tenerlo delante y como segunda acción me quita los documentos de la mano. Me echo para tras en la silla y dejo escapar un suspiro de cansancio, oyendo la risa de Edel.

— Venga vamos, hay que descansar de vez en cuando.— Comenta Armin, mirándome desde su imponente altura.

— Exactamente.— Le da la razón Edel.— Aunque mayoritariamente siempre tengas cara de culo y ganas de matarnos, nosotros que somos como tus hermanos siempre velaremos por ti, ¿Vale? Venga, vamos.— Añade.

Con eso dicho y la insistente mirada de Ada, me levanto del sillón giratorio y tomando mi abrigo prosigo a salir del despacho con el rebaño siguiéndome. Ada—como siempre— me toma del brazo, Armin se pone al lado de su hermana y Edel ocupa mi otro lado libre. No es necesario recalcar que siempre que somos los cuatro que cuando van y vienen juntos atraemos la mirada de cualquiera. Eso me recuerda a nuestro tiempo en el internado, tanto en clase como en los pasillos, siempre juntos, nos empezaron a llamar "Los Príncipes", bueno, eso a Armin, a Edel y a mi, Ada era "La Reina", ya que según decían, que tiene tres hombres para sí sola. Que gracia.

[•••]

Ya en una cafetería cercana a la empresa, nos adentramos y nos sentamos cerca de la ventana. Ada insistía en ir a un restaurante, pero no de coña me voy lejos cuando sé que volveré a para seguir mi trabajo.

— Habiendo tantas cafeterías...— Se queja Ada, mirándome con molestia.

— Si quieres nos vamos...— Le digo y ella sonríe esperanzada.—... de nuevo a la empresa.— Termino la frase ganándome una fulminación de parte de su mirada.

Solo me reí de ella por la manera en que le quite la ilusión en medio segundo. Un nuevo récord.

— Buenas tar...— Una voz conocida suena a un lado nuestro. Chloe.— ¿Dedrick?

Al parecer trabaja aquí, es obvio. Lleva puesto el delantal con el logo de la cafetería, la bandeja y el bloc de notas donde supone que apunta los pedidos. Cuando nos ve se tapa la boca con las notas y abre mucho los ojos, causando la risa de Ada.

MI SALVAJE ADICCIÓN (En pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora