MI SALVAJE ADICCIÓN (En pausa)

~•A LAS PUERTAS DEL PRINCIPIO•~

•~Capítulo.62.~•

ANGELO

Anoche llegamos al susodicho hotel donde pasamos la noche a sabiendas de que esta misma noche sería la ceremonia, es por ello que Egan se encuentra retomando energías después de haberlas perdido todas ayer entre el susto que pasó en el avión y el tremendo concierto que nos dio al chofer y a mí en pleno atasco en la autopista de camino aquí.

Con periódico en una mano y café en otra miro por encima del periódico como Egan come de su desayuno como si no hubiese un mañana, habiéndose pedido casi todo el menú.

— ¿No te quedarás con hambre, vero?— Le pregunto con gracia.— Se supone que un modelo debe cuidar su figura.

Se encoge de hombros.— Si lo que te preocupa es que no siga estando bueno, no te preocupes tanto, lo estaré.— Dice y me guiña un ojo.

Eso es verdad. Muchas veces lo he visto comer y lo que comía perfectamente me podía alimentar a mi y a otras tres personas, pero su estado físico no cambiaba en nada. Es más, al contrario, cada cierto tiempo que pasa lo seguía viendo más y más atractivo de lo que ya es.

— A las 19:00 y pico llegarán los estilistas contratados para esta ocasión, así que deberías estar listo y recibirlos.— Le informo llevando la taza de café a mis labios.— ¿Capicci?

— Caprichi.— Dice simple, sin mencionarlo bien, pero satisfecho, causando mi carcajada.

[•••]

No sé qué horas eran para cuando Egan había vuelto de su tour por el hotel. Le había dicho que no podía, que seguramente habrían cientos de paparazzis esperando por él o por otros modelos que se hayan alojado aquí, pero supongo que también me gana en cabeza dura, porque fue darle la espalda y él, escaquearse.

Ahora podía escuchar la lluvia artificial caer en el baño, lo que me indicaba que se estaba duchando, seguramente preparándose para cuando llegaran los estilistas. No me atrevería a entrar en la habitación ahora hasta que terminara de vestirse o al menos ponerse una bata, pero cierto es que muero por hacerlo.

¿Cómo debe verse con una y mil gotas decorando su piel?

Mis manos al igual que mi lengua pican por ser las gotas que recorran su cuerpo. Mi miembro palpita con furor a medida que se engrandece con tan solo imaginar lo que podría hacer si tan solo él me lo permitiese. Pero claro, en mi lugar a quien quiere es a mi adversario, a mi rival... A Dedrick.

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EGAN

Las estilistas parisinas habían llegado hace un cuarto de hora y nada más llegar pronunciaban palabras en francés que me traducía el bueno de Angelo porque sino ya os podíais imaginar mi cara.

Me explicaron que iban a hacer conmigo y con cuánto tiempo contábamos. Me habían dicho que cualquier cosa que quisiera opinar sobre el estilo que fuese a llevar lo podía decir, pero claro, suponiendo que tenía que ser en francés solo les voy a decir <<Oui>> a todo, así que si me hacía un destrozo esa iba a ser mi única opinión. Sin embargo, siendo profesionales dudo que me jodan la vida haciendo que vaya a esa ceremonia como un vagabundo.