•~Capítulo.67.~•
La dada de premios se vio cancelada cuando en plena ceremonia una mujer que a simple vista se veía distinguida y hermosa corría entre llantos hacia la salida, no percatándose de que estaba siendo perseguida por otra mujer que le gritaba que se detuviera. Ambas mujeres salieron del recinto, adentrándose a un auto y arrancando y perdiéndose en las oscuras y solitarias autopistas de Francia.
Dedrick, enloquecido por la culpa fue tras ellas, siguiendo el único camino por el que podían haberse ido, empatizando por lo que seguramente debía estar sintiendo Frida al enterarse de tal infidelidad por su parte y preocupándose de lo que vaya a traer este acontecimiento.
Egan, perdido en sus pensamientos, no dudó en ir tras él, ignorando no tener el carnet de conducir, haber bebido y estar absorto en sus pesimistas pensamientos, deseando de todo corazón que no le sucediera nada a una mujer que apenas conoce pero que espera a un bebé en su vientre.
[•••]
FRIDA
"Mmh...Quizás debas besarme, tocarme, abrazarme, darme paseos en tu coche, tal vez dejarme conducirlo, invitarme a cenar... Un pago por dejarme solo estos dos años."
"No me estás pidiendo nada que no quiera hacer, amor. Pero Frida aún... Joder, deseo tanto estar contigo. Eres mi alma gemela y aún así, no puedo estar contigo. Quizás esto sea un castigo."
Definitivamente, si fui la bruja de su cuento.
— ¡Frida! ¡No seas estúpida, detén el auto!
Entonces él era Egan...
El único chico en la ceremonia que no me hizo sentir incómoda con preguntas y con cosas relacionadas con Dedrick, el bebé y nuestra unión. Precisamente tenía que ser él.
Sus iris ámbar, su sonrisa, su nariz respingona... Pero su carácter es lo más lindo. Desde el primer segundo en que lo vi pude notar su aura, pura y brillante, capaz de atraer a cualquier alma. Quizá por eso me sentí tan cómoda.
Al final resultaste tú ser su alma gemela.
Yo estaba sobrando, no debía estar ahí. Es más, ni siquiera tuve que haber conocido a Dedrick, haberme casado con él y tener a su hijo. Tuvimos que tener caminos separados, para así yo no ser un lastre en la vida de dos almas gemelas destinas a estar juntas por la Diosa Luna. Y aún así, aún sabiendo eso, me arde el alma, me arde y duele como nunca. El solo pensar que yo soy esa piedra que ha evitado que la voluntad de la Diosa Luna se haga, duele, pero más me ha dolido ver tan hundido en la desesperación al hombre que amo.
Durante dos años lo estuve castigando sin ese "algo" que hace al ser lobuno.
Pero, ¿Qué es lo que más me duele? Que Dedrick nunca me haya visto con malos ojos, que no me odiara. Al revés, siempre se comportó como un caballero, ignorando que yo fuese esa piedra en su camino que le impedía estar con Egan.
Y es cierto lo que me dijo Edelmira en aquel entonces. Con Egan, su sonrisa es más sincera y más bonita.
— ¡Si sigues conduciendo así lo lamentarás!— Me sigue gritando Raina, viendo como cada vez acelero más.
Solo quiero llegar a la habitación del hotel, tomar mis cosas y pedir el primero vuelo a Alemania. Quiero llegar y ponerme en contacto con mis abogados, que empiecen a tramitar el divorcio. No quiero seguir así.
— Ya basta, Raina.— Lloro apretando el volante entre mis dedos.— ¿No ves que somos piedras en su camino?
— ¿Piedras? ¿De qué hablas?— Titubea.— Te has vuelto loca.— Acusa.

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MI SALVAJE ADICCIÓN (En pausa)
WerewolfCuando un hombre o mujer lobo nace inmediatamente la Diosa Luna la empareja con un lobo y con su media naranja o alma gemela, como queráis llamarlo, a mi me da lo mismo. Cómo Alfa que soy siempre esperé encontrar a mi alma gemela, no para vivir una...