MI SALVAJE ADICCIÓN (En pausa)

~•IDIOTA Y PROBLEMÁTICO•~

•~Capítulo.108.~•

MICHAEL

— ¿Porqué no has hecho nada?— Le cuestiono a Edel ahora que estamos solos en el coche.— Dedrick se está comportando como un patán.

— No es así.— Replica con la mirada fija en la carretera.— Egan se está comportando como un malagradecido. Dedrick estaba preocupado por él. ¿Has visto sus uñas? Casi desaparecen, ¿Su cabello desbaratado? Por dios, casi se queda calvo de tanto tirarse de las greñas. ¿E Egan? Después de todo defiende a ese capullo. — Me echa en cara.

— No le habéis escuchado.— Pone sobre la mesa.— El estúpido que tienes por amigo lo ha tomado como si se tratara de un saco de patatas y se lo ha llevado.

— Dedrick...

— Suerte tiene de que se trata de Egan, llego a ser yo y le cruzo la cara.— Me sincero cruzándome de brazos.

— No entiendo que os pasa a Egan y a ti.— Rueda los ojos.

Abro los ojos y la boca exageradamente y lo miro estupefacto antes de soltar una risa sarcástica.

— Ese es el problema de los Alfas, que nunca entendéis al resto, solo a vosotros mismos.— Musito lo suficientemente alto para que me oiga.

— No os entendemos porque no os explicáis.

Mi sangre hervía cada vez más.

— Cada quien tiene su forma de explicarse, el problema es cuando ni siquiera intentáis entenderlo.— Le hecho en cara.— Maldita sea, esa "zona" que tenía vosotros, los Alfas, es... es enfermiza.

Por primera vez tengo sus ojos puestos en mi, después de que detiene el auto de un frenazo, causando que gracias a que llevo el cinturón puesto no me voy por delante. Me mira en silencio, apretando con fuerza el volante.

— ¿Según tú que entiendes por la "zona" del Alfa, eh?

— ¿Qué entiendo?— Inquiero con gracia.— Básicamente, es ese sitio en el que sabes que tienes a tu Omega a tu merced, y porque lo tienes ahí, dominándolo, crees que por muy imbécil que seas, él siempre estará a tu lado. Ese sitio a tu lado en el que sabes que si está ahí, él no se aleja de ti, ni tú de él, os pertenecéis. Pero claro, esa zona solo existe para aquellos alfas posesivos y celosos que no dejan que otro ser meta ni un solo dedo ahí ni que él omega saque ni un maldito dedo. Pero, ¿Sabéis en qué os equivocáis?— Le digo.

— Venga, dilo.

— Egan no es un Omega, es un vampiro. Y por más que esté marcado y enamorado, él no tiene ese vínculo con la Diosa Luna y quizá no crea en ella. Cuándo él lo vea necesario simplemente se dará, ¿Sabes el qué? El Rechazo.— Digo con total seguridad.— Dedrick mejor que nadie debe haberlo notado. Egan es un ser libre. Cuando ya no aguante, simplemente se irá.

— Y a ti parece darte igual el dolor que vaya a sentir Dedrick.— Dice y rechista con la lengua, negando con la cabeza.

— Lo tendrá merecido.— Me encojo de hombros.

— No digas eso.— Musita mirándome con pena.— No seas así.

— Solo digo lo que siento. Soy sincero.