•~Capítulo.112.~•
DELIA
FLASHBACK
— ¡Káiser!— Exclamo por decimoquinta vez su nombre.
Subiendo y bajando escaleras, yendo y viendo por los pasillos, salas y habitaciones, buscando al mencionado. Cuando estoy por rendirme una mata de pelo desordenado, lacio y blanco surge de detrás de un armario. Me mira y ríe, lo que enseguida me hace reír.
— ¿Dónde te habías metido? Te estaba buscando.— Le digo fingiendo enfado en lo que pongo cada mano en mis caderas.
— Yo gané.— Dice triunfante.— No me encontraste, yo te encontré a ti.
Káiser, un niño juguetón, risueño y travieso, y yo, Delia, soy su nana.
— Es verdad, te mereces un trozo de bizcocho.— Le digo.
— Dos.
— Uno.
— Dos.
— Luego se te sube el azúcar a la cabeza.— Acuso.
— Todo lo que sube, baja.— Replica.
En eso, con lo dicho, rompo a carcajadas, no creyéndome la inteligencia del infante.
— Bien, serán dos. Pero no le digas a tus primos, ¿Trato?— Le digo tendiéndole la mano.
— Trato hecho.— Acepta tomando mi mano, sonriendo de oreja a oreja.
[•••]
— ¿Sabes dónde está madre?— Me pregunta llevándose a la boca una cucharada de bizcocho.
Me remuevo sobre mi asiento, nerviosa, siendo consciente de que no le puedo decir que su madre ha salido a verse con su amante.
— ¿Está bueno el bizcocho? Lo hice de tu sabor favorito.— Sonrío, cambiando de tema.
— Sí, me gusta mucho.— Contesta asintiendo repetidas veces.— Pero, ¿Y madre?
Piensa, piensa, piensa...
— Ehhh... Fue a dar un paseo.— Miento.
— ¿Sin mi?— Cuestiona notablemente molesto.— Siempre igual, ¿Acaso soy una molestia para ella?
Mi boca se abre exageradamente, oyéndolo decir eso con tanta molestia y con un atisbo de tristeza. Deja la cuchara en su plato y antes de que me diera tiempo a decirle algo, sale corriendo en lo que sus ojos se llenan de lágrimas. Por supuesto, no tardo mucho en correr tras él.
— Káiser, por favor, abre la puerta.— Le pido tocando la puerta de su habitación.
— Déjame en paz.— Pide casi inaudiblemente.
— E-Era broma. No fue a dar un paseo. Tuvo una urgencia que atender y salió con prisa, por eso ella...— Trato de excusarme, pero soy interrumpida.
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MI SALVAJE ADICCIÓN (En pausa)
WerewolfCuando un hombre o mujer lobo nace inmediatamente la Diosa Luna la empareja con un lobo y con su media naranja o alma gemela, como queráis llamarlo, a mi me da lo mismo. Cómo Alfa que soy siempre esperé encontrar a mi alma gemela, no para vivir una...