~•ALFA Y OMEGA•~

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•~Capítulo.99.~•

ARMIN

— ¿Tú coche o el mío?— Me pregunta mi hermana.

— El tuyo. A mi me da pereza conducir.— Le digo.

— No sé porque Diosa Luna te dejó nacer siendo un hombre y no un perezoso.— Murmura ella tomando las llaves.

— Porque consideró que como humano sería aún más hermoso.— Me jacto lamiendo mi piruleta.— Ahora deja de quejarte y vámonos.

Con ella quejándose a mis espaldas camino en dirección a la salida de nuestra mansión. Me meto en su auto como copiloto y enseguida nos marchamos.

— ¿Tienes idea de dónde es?— Me pregunta al cabo de unos minutos.

— No. Pero tengo la ubicación. Yo te guío, ¿Vale?

— Sí.

— Trabajo en equipo.— Comento enorgullecido de mi mismo.

¿A dónde vamos? Buena pregunta. Vamos a encontrarnos con Armin y Michael a un restaurante nuevo que han abierto en el centro, básicamente íbamos a festejar la unión de Dedrick e Egan, aún sin su presencia porque decidieron irse de excursión con su hijo.

— ¿Sabes ir hasta el centro al menos, no?— Le pregunto con ironía.— Pues desde ahí te empiezo a guiar. Despiértame cuando llegues.

Oigo como chasquea la lengua, molesta, mientras que yo me acomodo en mi asiento, cerrando los ojos y evitando reírme de ella.

— Por insufrible te quedarás feo y solo.— Murmura como una niña pequeña.

— Solo quizás, feo ni de coña.— Corrijo.

Imita mi frase haciendo voz de tonta y caras raras lo que me hace estallar en carcajadas.

— No seas payasa.— Le digo, riendo.

Cuando cesan nuestras risas volvemos a sumirnos en el silencio, hasta qué minutos más tarde, ella, vuelve a abrir la boca, porque callada no puede estar.

— ¿Quién iba a pensar que Dedrick e Egan se iban a casar? Imagínate la alegría de Tahiel. — Comenta, emocionada.

— Era obvio que iba a pasar.— Digo.— Uno no vive sin el otro.— Río.

— ¿Te imaginas que suceda lo mismo con Edel y Michael?— Pregunta.

Río.— No, no me lo imagino.

En eso ella bufa y en un microsegundo me mira con rabia.

— ¿Porqué tan negativo?

— No soy negativo.— Ruedo los ojos.— Solo digo que no me lo imagino porque Michael...— Digo y hago una pausa buscando la palabra correcta.— Michael es un tipo especial. Se nota que le gusta nuestro amigo, pero no es del tipo que se ata a alguien. Llevan siete años de relación y se les ve de puta madre pero, ¿En algún momento les has oído hablar de boda? ¿No, verdad?

— A Dedrick y a Egan tampoco les oías y míralos.— Se vuelve a quejar.

— A Dedrick sí.— Refuto.

MI SALVAJE ADICCIÓN (En pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora