•~Capítulo.86.~•
EDEL
Caminando en silencio, en las oscuras calles de Alemania, muy poco iluminadas por una que otra farola. No pierdo de vista a como Michael camina delante mío rápidamente, seguramente queriendo evitar que vea sus enrojecidas orejas desde que me empecé a llamarlo "novio mío" o "Muñeco". Varias veces ha hecho el intento de callarme, pero eso solo me causa risa.
— Hemos venido juntos, ¿Porqué huyes, muñeco?— Le pregunto, gracioso.
No pierdo de vista sus espaldas. Hermoso y seductor. Su forma de caminar, la forma en que siempre mira en lo alto. La fría brisa mueve sus dorados rizos de un lado a otro. Sus piernas largas y definidas, su culo prieto y redondo, su cintura pequeña, sus hombros pequeños y relajados, su cuello blanco y embelesado en un aroma afrodisíaco... Cuello en el que perfectamente encajaría mi marca.
Una cosa está clara: me está volviendo loco.
Da igual cuánto vaya al psicólogo. Si pude obsesionarme y casi enloquecer por un hombre que ni siquiera era mi alma gemela, ¿Qué será de mi ahora que Michael es mi destinado?
— Deja de llamarme así, me estás avergonzando.— Dice.
— Pues no entiendo porque, novio mío. Es normal.— Me sigo jactando.
Al ver sus intenciones de caminar aún más rápido, corro entre risas hasta él y tomo su mano, entrelazando mis dedos con los suyos. Le sonrío de oreja a oreja causando que ruede los ojos.
— Maldita la hora en la que acepté.— Susurra.— ¿Ya es tarde para terminar?
Solo río ante su pequeña queja. Quizá parte de su actitud fuera por algo que pasó en su pasado y que tengo curiosidad por conocer o simplemente así es él. Pero confío en que detrás de un ser tan frío, se oculta alguien cálido y risueño.
— ¿Y ahora qué? ¿Qué hacen los novios?— Me pregunta de la nada.
Detengo la caminata de golpe y lo miro estupefacto. Él me mira neutro, sin decir nada, quizá preguntándose porque me he detenido de golpe.
— ¿Soy tu primer novio?— Le pregunto aún anonadado, señalándome como un tonto a mi mismo.
Suspira.— Sí, sí lo eres.
Lo dice como si no fuese algo muy importante, pero en mi eso ha causado un pequeño brinco en mi corazón de hombre lobo obsesivo y enamoradizo.
— No te emociones.— Se adelanta.— Nunca he tenido un noviazgo por temas personales. Eso no me hace virgen.— Dice y ríe.
Me da gracia como dice y hace cosas seguramente para desagradarme, no dándose cuenta de que está consiguiendo todo lo contrario. Más tarde se dará cuenta que algo cuanto más difícil es, más atrae, y cuando se trata de mi, él me está enloqueciendo.
Me acerco aún más a él, acorto más la distancia, delicadamente sujeto su mentón para que alce la mirada a mi, mis ojos vagan por su rostro, deleitándome con su belleza, una sonrisa de lado se escapa.
— No te preocupes, no soy de la vieja escuela.— Digo, despreocupado.— Es más, saber que eres activo hace más interesante el asunto, ¿No crees, muñeco?

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MI SALVAJE ADICCIÓN (En pausa)
Lupi mannariCuando un hombre o mujer lobo nace inmediatamente la Diosa Luna la empareja con un lobo y con su media naranja o alma gemela, como queráis llamarlo, a mi me da lo mismo. Cómo Alfa que soy siempre esperé encontrar a mi alma gemela, no para vivir una...