•~Capítulo.42.~•
EGAN
No puedo equivocarme, porque sino estaré en problemas.
Solo deben haber cuatro habitaciones especiales y esas, normalmente, deben estar en el segundo piso. Puede ser hayan habitaciones de invitados o algo así, pero esos dan igual. De los cuatros importantes, uno será de Dedrick, otro de Edelmira, otro de Astrid y por último, de sus padres.
Debo tener suerte.
Me meteré en una habitación al azar, no tengo más opción, no conozco esta mansión. Es lo que hay. Debo ser capaz de reconocer su habitación.
— Diosito, estate de mi parte, please. — Suplico juntando mis manos, en forma de rezo.
Jugando al pito pito, gorgorito, escogí una de las habitaciones con las luces encendidas y me acerco a un árbol que más o menos se acerca al balcón. Probando suerte, trato de escalarlo hasta llegar a una de las ramas más cercanas, ayudándome a no caer. Escalo unas cuantas ramas más cercanas al balcón y cuando creo estar solo suficientemente cerca, pego un salto hasta llegar a la barandilla por los pelos.
Mono araña, me llaman.
Teniendo en mente que en otra vida fui un ladrón, saco de mi bolsillo de mi pantalón chándal una horquilla de mi hermana y la adentro a la cerradura de la puerta del balcón. Trato de hacer el menos ruido posible mientras muevo la horquilla dentro de la cerradura, esperando abrirla, pero me detengo cuando noto movimiento dentro del cuarto.
Me quedo callado y sin moverme, esperando que esa sombra que vi a través de las cortinas se haya ido. En estos momentos sabía perfectamente que si me pillaba otra persona que fuese Edelmira o Dedrick me iba a ir de cabeza a la cárcel por allanamiento de morada. Sin embargo, esta necesidad de verlo y obtener explicaciones me superaba.
Pongo mi móvil en silencio rápidamente porque ya me imagino que las inoportunas, Calista y Chloe, me llaman o me mandan un mensaje porque, literalmente, me escapé de casa después de fingir un mareo.
Las luces de dentro se apagan y eso me hace pensar que esa persona se ha ido o se habrá ido a dormir, yo que sé, solo espero que sea Dedrick.
Muevo de nuevo la horquilla y cuando oigo el "¡Click!", que avisaba que se había abierto casi se me cae el pelo, imaginándome que esa persona tras la puerta me debe haber escuchado, pero no vi ni noté ningún movimiento.
Abro la puerta lentamente y doy un primero paso dentro y luego otro. Totalmente dentro me atrevo a respirar aliviadamente, pero enseguida siento la presencia de alguien a mi derecha, de alguien estático, mirándome desde su imponente altura. Ese "alguien" no tarda en darse cuenta de que he notado su presencia y antes de darme tiempo a actuar, me hace una llave que me hace caer de boca al suelo, golpeando mi mentón contra el duro y frío pavimento.
— Ostia puta.— Me quejo junto a un jadeo.
Ese "alguien" que me había hecho la llave y me mantenía en el suelo apretando mis piernas contra el suelo con una de sus piernas encima de las mías y aprisionando mis muñecas contra mi espalda, me suelta enseguida y se pone en pie. Escucho sus pasos alejarse y después las luces se prenden, cegándome.
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MI SALVAJE ADICCIÓN (En pausa)
LobisomemCuando un hombre o mujer lobo nace inmediatamente la Diosa Luna la empareja con un lobo y con su media naranja o alma gemela, como queráis llamarlo, a mi me da lo mismo. Cómo Alfa que soy siempre esperé encontrar a mi alma gemela, no para vivir una...