~•UNA LLAMADA... Y UNA ESTACA•~

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•~Capítulo.16.~•

— ¡Egan! ¡Chupa sangre! ¡Ven a desayunar!— Chilla mi hermana desde lo que sería el comedor.— ¡Por cierto, ha venido tú amiga la molesta!

Chloe.

A mi hermana no siempre le ha caído bien Chloe. Porque a ambas las veo como a mis hermanas, pero yo soy uno y ellas son dos, o estaba con una o estaba con la otra. Y ambas son tan diferentes y a la vez tan parecidas que no congenian. Pero eso es que estoy yo, el mediador.

— ¡Vampiro hermoso, ven!— Chilla esta vez Chloe.

Río ante su manera de llamarme y de fondo puedo escuchar las quejas de mi hermana y las risas de mi madre.

[•••]

— Ten, cielo.— Dice mi madre posando mi desayuno junto al vaso de ese líquido carmín frente a mi.

— Y dime Egan, ¿Tú amiga no tiene casa o no le basta para el desayuno?— Comenta mi hermana mirando de reojo a Chloe, quien engulle el desayuno como si no hubiera un mañana.

— Calista, déjala.— Me quejo rodando los ojos.

— Eso lista, haz caso a MI hermoso vampiro.— Contesta Chloe fulminando a mi hermana con la mirada y haciendo énfasis en el "lista".

— ¿TÚ vampiro? No me hagas reír, es MI hermano, maldita muerta de hambre.— Replica mi hermana golpeando la mesa con el puño.

— ¡Ya basta, par de niñas malcriadas!— Chilla mi mamá señalándolas con el cuchillo y el tenedor.— Además, es MI niño, MI hijo y YO lo crié, cuidé, alimenté y cambié los pañales. ¿Entendido?

— Sí.

— Sí.

—...— Sin palabras quedé.

Solo me encojo en mi asiento mientras sorbo de mi vaso la sangre.

El desayuno no tarda en ser interrumpido por el sonido de un teléfono, más específicamente, el mío. Lo saco de mi pantalón pijama y me muestra un número desconocido. Bajo la atenta mirada de las tres me levanto y me alejo de ahí para atender a la llamada.

— ¿Si?

— ¿Hablamos con Egan Meyer? Le hablamos de la empresa A&GL.

— Sí, soy yo.

— Bien. Entonces fue usted quien nos envió un curriculum para el puesto de asistente personal puede ser, ¿O me equivoco?

— No se equivoca.

En estos momentos me encontraba demasiado tenso como para no ser borde.

— Me alegro. Permítame decirle que le echamos un vistazo a su currículum, déjeme halagar su curriculum.

— Oh, gracias.

— ¿Podrías presentarte en una entrevista con el director de nuestra empresa? Será breve y no tiene porqué preparar nada. De esa entrevista dependerá que sea escogido o no de nuestra larga lista de candidatos.— Me explica.

MI SALVAJE ADICCIÓN (En pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora