𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐥𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 /Daryl Dixon- TERMINADA.

39- Jesús es mágico.

Rick y Michonne habían estado mojando la coneja. En eso pensaba Skadi mientras estaba sentada frente al hombre que Daryl y Rick habían traído ayer. 

—¿Como escapaste? —Le preguntó Rick. 

—Un solo guardia no puede cubrir dos salidas, ni las ventanas del tercer piso. Uno puede desatar nudos, abrir cerraduras. La entropía surge del orden. ¿Cierto?

—Cierto —Le contestó Daryl. 

—Revisé su arsenal. Hacía mucho tiempo que no veía nada igual —Siguió el hombre— Están bien equipados. Pero tienen pocas provisiones. Muy pocas para la cantidad que son. ¿Cincuenta y cuatro?

—Más —Contestó Maggie. 

—Gracias por la galleta —Dijo el hombre— Felicito al chef. 

—Ella no está aquí —Le contestó Dixon. 

—Mira, empezamos con el pie izquierdo —Comenzó a decirle Jesús— Pero estamos del mismo lado, el de los vivos. Tenían motivos para dejarme ahí, pero no lo hicieron. Vengo de un lugar muy parecido a este. Me dedico a buscar asentamientos para poder negociar. Me llevé el camión porque mi comunidad necesita cosas y ustedes dos parecen difíciles. Me equivoqué. Son buena gente. Y este lugar es un buen lugar. Nuestras comunidades podrían ayudarse entre sí. 

—¿Tienen comida? —Preguntó Glenn. 

—Empezamos a criar ganado. Buscamos comida y cultivamos. Desde tomates, hasta sorgo. 

—¿Cómo podemos creerte? —Le preguntó Rick. 

—Se los mostraré. En un auto, podemos ir a casa en un día, y podrán ver quiénes somos y qué podemos ofrecerles.

—Espera. Si vas buscando más asentamientos, ¿ya estás negociando con otros grupos? —Le preguntó Skadi. El hombre le sonrió. 

—Su mundo se va a ampliar muchísimo. 

El grupo se puso manos a la obra, Atticus y Carl iban a quedarse. Ubbe se quedaría por pedido de la rubia, para poder cuidar a sus sobrinos y a su hijo. 

—¿Seguro que quieren quedarse? —Pregunto Skadi, viendo a su hijo con la niña en brazos. Ambos asintieron— Bien. Ubbe y Beth estarán aquí, por cualquier cosa que necesiten. Manténganse a salvo. 

El grupo se acomodó en la caravana. Skadi notó que Abraham no quitaba la vista de la mano de Glenn en el estómago de Maggie. 

—Ey —Habló el pelirrojo, en dirección a Glenn— ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro. 

—Cuando estabas vertiendo la leche ¿Era porque querías hacer panqueques? —Le preguntó el hombre, Skadi largó una carcajada. 

—Ah ¿Si? —Preguntó Glenn, sin entender de que hablaba, luego lo comprendió—Oh, entiendo. Si. Era algo que habíamos hablado. ¿Por qué? 

—Yo... eh, dada la precariedad de las cosas en esta vida que nos toca, me deja helado que tú o cualquiera tenga los cojones de elegir hacerlo. 

—Es decir... estamos tratando de construir algo, ella y yo. Y todos los demás. 

—Para que conste, si veo que viene lluvia, uso botas. Dos pares. 

Skadi llevó su vista hacia Daryl, este le guiñó un ojo. Daryl era muy bueno con ella. Pero... la rubia jamás podría darle una familia. Jamás le podría dar un hijo propio. La camioneta comenzó a detenerse. 

—Ey, Rick ¿Que pasa? —Preguntó Daryl. 

—Un accidente, adelante —Contestó el hombre— Parece que acaba de pasar.