Nadie nace sabiendo amar. Ella tuvo que aprender de grande. Y en medio del apocalipsis. Ellos despertaron su corazón, pero el... lo hizo sentir.
Y todo lo que hizo, fue por amor, desde el inicio hasta el fin.
Empezada 9/03/2022
Tal y como Skadi lo había dicho. Este invierno, comenzó a nevar mucho antes. No habían podido volver a Uppsala, porque... el templo estaba al otro lado de la frontera. Del lado de Alpha. Fue realmente un milagro, que todos hubiesen logrado salir por algún motivo u otro antes de que Alpha estableciera los limites.
Skadi colocó una campera sobre la espalda de Lydia, haciéndole saber que se abrigase mejor. Lydia se la acomodó.
—Coman algo antes de irnos —Les pidió Daryl, dejando un plato frente a ellas, el hombre se inclinó y besó la mejilla de Skadi, antes de alejarse.
—Creo que me siento muy llena —Comentó la rubia, mientras le pasaba su plato a Lydia— Come bien ¿Si? El camino será largo y muy dificil.
La chica asintió, Skadi se puso de pie, buscando hacer cualquier cosa que distrajese su mente. Lo que sea que no la llevase a pensar y recordar. Ayudar a los ancianos o embarazadas a subir a la carreta, cargar el equipaje. Cualquier cosa que le permitiese olvidar. Y si olvidar era imposible, entonces se distraería hasta que pasase el tiempo.
Partieron del Reino bien temprano, con la intención de llegar a Hilltop lo más pronto posible. Skadi caminaba junto a Lydia, cuando un grupo de caminantes apareció al borde de la carretera.
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—¿Son ellos? —Preguntó Alden, en dirección a Lydia— ¿Ahora tu gente nos vigila? Respetamos sus reglas. ¿No nos hicieron suficiente ya?
Skadi se acercó a Alden y lo empujó del caballo, haciendo que el chico cayese al suelo.
—Te lo mereces —Masculló Ubbe, ayudándolo a ponerse de pie— Pero te pido perdón en nombre de ella.
—No debí mencionar el asunto frente a ella —Murmuró Alden.
Skadi observó a Lydia temblar y se quitó su bufanda, para colocarla alrededor del cuello de la chica.
—Si tienes mas frio, avísame —Le pidió, luego clavó la vista en Daryl, que caminaba delante, Carol sujetaba su brazo.
—¿Sería demasiado si los mato y arrojo sus cuerpos en una zanja? —Preguntó Skadi, con la vista clavada en ellos.
—Un poco, pero si necesitas ayuda, traeré la pala —Le dijo Ubbe.
—Sé que ella perdió algo también. ¿Si? Lo sé. Solo...
El hombre la empujó levemente, el entendía lo que Skadi quería decir. El grupo siguió caminando. La carretera estaba llena de nieve y huellas de una horda que había pasado caminando. Skadi comenzó a mirar por todos lados, Lydia no estaba por ninguna parte. Se adentró en el bosque, buscándola. La encontró inclinada frente a un caminante que estaba congelado en el suelo, la chica tenía su brazo a centímetros de la boca del caminante. Estaba a punto de dejarlo morderla. Lydia abrió sus ojos y la miró.
Skadi, la miró en silencio, ninguna dijo nada. La rubia la llevó de regreso a la carretera, donde el resto se había reunido.
—Debemos salir de los caminos —Decía Aaron, acompañado de Jesús— encontrar un refugio entre aquí y la siguiente estación.
