𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐥𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 /Daryl Dixon- TERMINADA.

54- Barbie macabra

En esta historia, aprendí que a ustedes (no a todos obviamente, hay lectores que aprecio muchísimo) nada les viene bien. Si está muerta, porque está muerta, si está viva, porque está viva. Si aparece épicamente que le robó la escena a Eugene, déjenme en paz loco, lean otra cosa si no les gusta. 

Por otro lado, a la gente que siguió leyendo y me apoyó de todas formas incluso cuando creyó que Skadi estaba muerta, les quiero agradecer muchísimo. Son todo lo que está bien en este mundo y me re ayudaron a seguir escribiendo, porque si, admito que pensé en dar de baja la historia despues de que bocha de gente me escribiera al privado, diciéndome que ya la historia no tenía sentido y que no valía la pena y no sé que más. En fin, aquellos que me siguieron apoyando, muchas gracias, se merecen lo mejor del mundo. 

No, no la maten, el jefe la quiere viva. 

Está herida, hay que llevarla con Harlan lo mas pronto que podamos. Si no sobrevive, el jefe nos matará.

Tal vez nunca vuelva caminar, pero eso solo lo sabremos si despierta. Y las probabilidades de que despierte son... muy pocas. 

Por favor despierta.

No me importa si me odias.

No me importa si luego de despertar me matas.

Pero por favor, despierta.

Ahora que te encontré, no puedo vivir sin ti.

—¿Que sucede? —La voz de Negan se escuchó en el pasillo.

Últimamente el hombre tenía un humor terrible. Pocos sabían cuál era la razón de ese estado.

—Despertó, señor. Pero no ha dejado de llorar desde que lo hizo. No he podido revisarla adecuadamente.

Negan se adentró en la sala y camino hacia la camilla, dónde Skadi lloraba en silencio, las lágrimas caían de sus ojos.

—Skadi ¿Que ocurre? —Le preguntó Negan, ella siguió llorando— Skadi, soy yo, soy yo —Insistió el, mientras le mostraba el tatuaje, queriendo hacerle entender que más que "Negan" era ese chico que estaba con ella en la academia— Habla conmigo, dime qué ocurre.

—No siento mis piernas —Le dijo, ente sollozos— No siento nada de la cintura para abajo.

—Intenta mover los dedos de tus pies —Le pidió Negan observando los pies de la chica.

—¿Se mueven? —Le preguntó.

—Lo resolveremos ¿Si? Encontraremos una solución —Le dijo el mientras se inclinaba para acariciar su cabeza— Todo estará bien —Negan volteó para ver a los hombres parados detrás de el— ¿Que hacen aquí? ¡Vayan a conseguir una silla de ruedas!

El hombre secó las lagrimas de la mujer, nunca la había visto llorar antes. Se sentía desesperado. En el Santuario, los días comenzaron a pasar. Skadi había estado en coma alrededor de dos semanas. Era un lugar oscuro y frío. La chica pasaba la mitad del día viendo por la ventana, esperando que comenzase a nevar. Estaba deprimida, sentada en la silla, con la idea de que jamás volvería a caminar. 

Negan no estaba nunca con sus esposas, jamás, no desde que Skadi había despertado. Si no iba a Alexandria eventualmente, estaba buscando cosas para Skadi y si no estaba haciendo eso, estaba con ella. A sus esposas les parecía extraño, pero tampoco es como que se quejasen de eso. 

Skadi se encontraba mirando por la ventana cuando Negan entró en la habitación. 

—Está helado allí —Mencionó, mientras comenzaba a quitarse su abrigo— ¿Como estás?