Capítulo 7: Preparado para infiltrarse

55 2 0
                                    

Josep aguardaba la llegada de Gabriel desde hacía casi una hora, o eso suponía por la posición de la luna que brillaba más que nunca esa noche. Su amigo-que ya iba con demasiado retraso- se había impuesto la misión de encontrarles unos buenos trajes para que pudieran pasar una vez que entraran en ese baile y no desentonaran.

"Vaya pérdida de tiempo", pensó Josep. Si por él fuera entraría en esa hedionda casa y mataría a todos y cada uno de los que formaban parte de esa secta de asesinos. Porque eso eran. A pesar de que se ocultaban a través de un nombre respaldado por la iglesia y que se consideraban guerreros de Dios cuyo fin era el de exterminar el mal, para él, los Lumine-cómo se hacían llamar- no eran más que unos sectarios que defendían ideas radicales sobre quiénes son los verdaderos hijos de Dios. Sus conocimientos sobre la religión cristiana no alcanzaban la de los teólogos, pero sí que conocía ciertos aspectos. Y cómo muy bien deberían saber; uno de los mandamientos principales era "no matarás". Ni siquiera su Dios cuando Lucifer lo traicionó tomó la decisión de matarlo, sino que lo castigó con el destierro. ¿Cómo entonces, aquellos simples humanos se tomaban la libertad de matar e interpretar con inexactitud la palabra sagrada?

Él lo tenía claro, porque si había algún hijo del diablo en la tierra no era su pueblo- que habían sido masacrados años atrás- sino ellos, aquellos cazadores con ínfulas de protectores que cada vez que los veía, era incapaz de contener la rabia y la sed de venganza que lo embargaban. Aún hoy se arrepentía de no haber llegado a tiempo de salvar a su familia, a su pueblo y a su hermana...si tan sólo hubiera llegado antes.

Dejó a un lado esos pensamientos que le perturbaban y se obligó a permanecer sereno, no podía distraerse. Por fin, habían conseguido llegar hasta ellos, luego de años de incansable investigación y sobre todo de planificación. Nada podía salir mal, sobre todo esa noche. Alcanzó a oír cómo unos pasos se acercaban, prácticamente imperceptibles, pero para él que había crecido escuchándolos no lo eran. Al poco tiempo, la puerta del establo donde se mantenía oculto, se abrió. Y allí entre penumbras, apareció Gabriel cubierto de la cabeza a los pies por una capa enorme que dejaba muy poco a la vista.

- Ya era hora -dijo Josep exasperado-. Si no te conociera tan bien pensaría que te habrías perdido.

Gabriel chasqueó la lengua y se bajó la capucha una vez que comprobó que nadie lo seguía.

- Casi mejor que lo hubiera hecho porque lo que traigo no te va a gustar.

- ¿Qué no me va a gustar, Gab? No me tomes el pelo, pues claro que no me gusta estar junto con estos cerdos, y mucho menos compartir el mismo aire, si de mí dependiera hace mucho que hubiera extinguido el oxígeno de sus asquerosos pulmones, pero cómo muy bien sabes y aprovechas cada oportunidad para recordármelo no debemos llamar la atención. Así que deja de hacer ese tipo de comentarios y no perdamos más el tiempo.

- Está bien. Tú mismo -respondió Gabriel y de entre sus ropas sacó lo que parecia ser un morral que dejó caer bajo los pies de Josep.

Él lo recogió ipso facto, preso de una adrenalina que deseaba eliminar en cuanto entrara en la fortaleza de la familia Reyes. En cuanto lo abrió, su rostro se tornó oscuro, casi lúgubre y la reacción que esperaba Gabriel no tardó en llegar.

- No, no, no. ¿Qué se supone que es esto, Gab? -le preguntó entre dientes.

- La ropa que te vas a poner, Jo.

- Tú estás delirando, ¿no?

- ¿Te parece que esté bromeando?

Josep alzó la mirada y lo que encontró en los ojos azules de su amigo no le gustó nada.

- ¡No me lo puedo creer, Gab! Soy un guerrero celta. ¡Un guerrero! Y me tengo que poner esta cosa -gritó ofuscado señalando una de las prendas que había sacado del morral.

- Esa cosa a la que te refieres se llaman calzas y forman parte de la vestimenta de los caballeros nobles. Así que o te la pones o te van a echar a patadas del baile y eso no es lo que queremos, ¿verdad?. Así que tú decides, con calzas o sin nada.

Se mordió la lengua. Su amigo tenía razón. No podía andarse con remilgos en ese momento. Si tenía que vestirse cómo un pomposo y ridículo noble, lo haría. Tan sólo esperaba que nadie del valle lo viera de esas guisas.

- Espero que tú te veas más ridículo -soltó Josep. Se deshizo de lo que llevaba puesto y se embutió en ese traje que tanto le desagradaba.

- Siento romper tus esperanzas -respondió Gabriel con burla-,pero a mí no me ha hecho falta ponerme nada. Tu solito decidiste que ibas a ser el que se infiltrara en el baile y que yo sería el encargado de realizar el rescate. Así que ahora apechuga -le dio una palmada a Josep en la espalda y luego silbó al verle disfrazado-. Te queda cómo un guante.

- Cierra la boca o te juro por Dagda¹ que no respondo, Gab.

┏━━━━━━━━━━━━━━━━━┓
1. Es el dios de la magia y de la sabiduría, de carácter guerrero y luchador puede dar vida pero también quitarla fácilmente. ┗━━━━━━━━━━━━━━━━━┛

Gabriel simuló que una atadura cerraba sus labios y no le importunó más, aunque Josep no dejaba de escuchar risillas de fondo. Se sentía imbécil metido en esas medias. ¡Por Morrigan! Es que le apretaban y no sólo las piernas, sino que muy a su pesar debía reconocer que la entrepierna le tiraba.

Miró al cielo y juró por todos los dioses que a la primera oportunidad que se le presentara se deshacía de ella a cómo diera lugar. Cuando ya se disponía a salir, Gab lo detuvo.

Origin; Libro 1: Initium(En Proceso De Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora