Capítulo 30: Discusión

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— ¿Pasa algo? —dijo Nerea.

— Nerea, ¿Se puede saber que te ocurre?, tienes muy mala cara.

— No, no me pasa nada, estoy bien, sólo estoy un poco cansada, eso es todo.

— Nerea, no me mientas, que nos conocemos.

— De verdad, estoy bien.

— Nerea, sea lo que sea, sabes que me lo puedes contar.

Ante tanta insistencia, Nerea no tuvo más remedio que responder a María.

— María —tragó aire— creo que lo que estamos haciendo con los brujos no es lo correcto, he estado dudándolo en estos días.

— Pues claro que es lo correcto, Nerea, se merecen morir, son aberraciones.

— Ya, pero son iguales a nosotros.

— ¿A qué te refieres?.

— A que también tienen dos brazos y dos piernas y tienen sentimientos y un corazón, lo único en lo que se diferencian de nosotros es en que son seres mágicos.

— Puede que tengas razón, pero son una amenaza, lo siento, hay que entenderlo y asimilarlo.

— María, eso no es una guerra —dijo Nerea alzando un poco la voz.

— Es una parte vital de ella —Maria se levantó de la cama y se paró enfrente de la chimenea— desde pequeña nos han inculcado que debemos exterminar a nuestros enemigos, si tus padres no te lo han inculcado, ese no es mi problema.

Nerea empezó a sentir algo de rabia en su interior. No se podía creer las palabras de su amiga.

— Por favor, dejemos a la familia aparte —Nerea se acercó y le tomó de las manos— mira, Mery, voy a ser clara, quiero abandonar a los cazadores, no quiero seguir persiguiendo ni matando más brujos, no puedo, me puede la culpabilidad.

— ¿¡Cómo!? —exclamó María— Nery, no hablarás en serio, ¿Verdad?.

— No es una broma, María —dijo Nerea con semblante muy serio.

María no supo cómo reaccionar. Si esto era un sueño, pedía que la despertasen. ¿Acaso Nerea se había vuelto loca?.

— María, abandonemos a los cazadores, estemos juntas en esto.

— Nerea —Maria quitó sus manos de las suyas— no pienso formar parte de esta estupidez tuya, ni de tus inseguridades y no te atrevas a traicionarnos porque ya sabes lo que pasará si lo haces.

— No es una traición, nadie tendría por qué enterarse. María no te reconozco, no eres la mujer que aprecio, esto de matar gente inocente te está cambiando, tu no eres así. María, por favor, piensalo, matarles no es la manera, está mal, Dios en ningún momento ha dicho que matemos, en uno de los mandamientos lo pone, ade...

— Nerea, conozco la biblia ¿Vale?. No hace falta que me hables sobre ella.

Nerea soltó un bufido.

— Además, las torturas son una salvajada, cuando ejecutaron al señor Gregorio, me metí por un momento en su piel y no quiero ni imaginar por lo que había pasado, por el amor de Dios, ¡Era sólo un anciano!, podría tener familia, ¿No os parais a pensar durante un minuto en eso?.

Maria empezó a sentir un fuerte coraje y agarró a Nerea por los hombros.

— Mira, ¡no voy a renunciar a mi sueño por culpa de tu deseo egoísta! Si no eres capaz de verlo, apártate de mi vista, eres sólo un estorbo, me niego a seguir haciendo misiones con una mujer cobarde y débil.

Los gritos se podían oír desde el pasillo. Jonás asustado, se quedó fuera de la habitación.

En un arrebato, María tomó la pulsera de cuero que se hicieron mutuamente cuando eran niñas como símbolo de su amistad de la muñeca de Nery y la arrojó a la hoguera.

— ¡NO! ¡Pero, ¿Qué has hecho?, maldita, eres una persona fría, sin sentimientos, ya no eres mi amiga, se acabó nuestra amistad! —gritó Nerea mientras las lágrimas resbalaban por su rostro.

Cuando María se enfrió y se dio cuenta de lo que había hecho, tomó el rostro de Nerea entre sus manos.

— Nerea, no sé que me ha pasado, perdóname, por favor, es que me sacas de quicio.

— ¡Suéltame, no me toques, no quiero volver a verte nunca más¡

Nerea salió corriendo del dormitorio llorando a lágrima viva.

— Nerea, ¿Qué ha pasado? —dijo Jonás a lo que Nerea simplemente le ignoró— ¡Nerea, espera!

Origin; Libro 1: Initium(En Proceso De Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora