Capítulo 71: Encontrando a María

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Hace unos días

No tenía pensado dejar a Gab ocuparse por mucho tiempo de inhumar los restos de sus hermanos, por lo que se dio prisa en llegar a Campo Libre. Por suerte no estaba demasiado lejos y Stoirm consiguió aterrizar en aquel lugar en escasos minutos.

En Vallgorguina todos tenían cometidos: unos pescaban, otros recolectaban y sembraban, algunos cocinaban y en su caso se encargaba de reponer la despensa de hierbas curativas. Las tareas no eran fijas. Y siempre se turnaban. Si una semana Josep proveía la despensa, a la siguiente cazaba y lo mismo ocurría con los demás habitantes del valle en el que residían.

Bajó de Stoirm y convocó a su familiar a través de su mente. No muchos druids poseían uno, ya que casi estaban extintos por la caza ilegal de animales mágicos. Cada familiar tenía una forma propia para convocarlos y en su caso sólo tenía que conectar sus pensamientos con los de él para que apareciera allí donde lo necesitara.

Una pequeña alteración en el aire dio la bienvenida a Duff que lo miraba esperando instrucciones. Josep casi nunca se permitía sonreír, pero con Duff le resultaba muy difícil no hacerlo.

Su familiar pertenecía a una raza mágica conocida como Mofering y que los innatura (gente no mágica) llamaban tejón. Se topó con él cuando evitó que unos cazadores acabaran con su madriguera. Pensaron que se habían hecho con todos los ejemplares, pero justo cuando se fueron, bajo un montículo de tierra que si no conocías el terreno parecería natural, se encontró con él y el animal aquel día le ofreció su lealtad

— Duff, ya sabes lo que tienes que hacer —mandó Josep.

El familiar se puso manos a la obra y comenzó a olfatear la hierba que Josep buscaba y que Duff ya conocía por sus anteriores visitas. Casi se había hecho con una buena reserva cuando la encontraron. Él la distinguió sin ni siquiera acercarse. Su color de cabello era tan poco común por aquellos lares que hubiera sido muy difícil equivocarse de persona.

Duff olfateó su rostro y Josep se agachó para comprobar sus constantes vitales. Asió su muñeca y le tomó el pulso. Su corazón aún latía. Y si lo que Erix le informó era cierto, entonces aquella mujer que estaba tendida en el suelo no era una humana común y corriente, sino que se trataba de una druid. Una druid que resultaba ser hija del líder del grupo que mató a su pueblo y que eran los culpables de que él jamás pudiera despedirse ni de sus padres ni de su hermana.

Sacó una de las dagas que siempre llevaba consigo y le asaltaron las ganas de clavársela en medio del pecho, justo en el corazón. Movió el cuchillo por el esternón de la chica y recorrió todo el camino hacia su estómago. "¿Qué pasaría si te abriera en canal ahora mismo?, preguntó a la nada. "¿Vería como eres en realidad? Una cucaracha que no merece el aire que respira", siguió. "O sin embargo, me encontraría con ese fuego que te ha salvado?". Josep no tuvo tiempo de conocer la respuesta porque en ese mismo instante María Vidal abrió los ojos. Estaban nublados y apenas podía abrirlos. El color azul cobalto de su iris se había tornado opaco y sus labios con forma de arco de cupido parecían secos y agrietados. La falta de Magia acabaría con ella, no tendría que ensuciarse las manos.

Entonces ella habló. Pidió ayuda y él se la negó.

Origin; Libro 1: Initium(En Proceso De Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora