Valle de la Striga. Bajo la cascada.
Rememorar cómo había fallado por culpa de su comportamiento infantil no le ayudaba en nada. "Olvídate de esa mujer y vuelve a conectar Josep". El sonido de unas pisadas le hizo abrir los ojos. Gabriel acababa de llegar.
— Jo, ¡por Dagda! Como quieres que te avise si te vas por tu cuenta y no dices dónde vas a estar. Sino fuera porque te conozco lo suficiente me habría roto la cabeza.
— ¿Lo tienes todo? —preguntó ignorando las quejas de su amigo.
— Claro que lo tengo. ¿Por quién me tomas? —Gabriel tomó su báculo que lo llevaba colgado tras su espalda y dibujó sobre la tierra un pentagrama—. ¿Qué es lo que vas a pedirle a los ancestros?
De un saco colgado en su cintura sacó una serie de gemas que colocó en cada uno de los vértices del pentagrama, luego siguió con las velas y por último dejó el athame¹.
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1. Cuchillo de doble filo
┗━━━━━━━━━━━━━━━━━┛— Quiero preguntarles por un nombre que escuché decir a la hija de los Lumine —Gab arqueó las cejas, pero no comentó nada—. Creo que puede que ese sea el nombre del hombre que nos detuvo en el patio de los Vidal.
— ¡Dame tu espada! —Josep se la tendió, pero al ver que Gabriel no le preguntaba nada, se extrañó—. En cuanto ponga mi báculo, encenderé las velas y el incienso y podrás empezar.
— ¿No vas a decir nada?
Gab se encogió de hombros
— Sí digo algo, sólo hará que te pongas de mal humor. Así que prefiero no desconcentrarte. No vaya a ser que por mi culpa alguno de los ancestros te corte la cabeza.
— ¿Eso era una broma?
— No, es posible que a los viejos no les guste verte. Hace años que no les visitas, ¿recuerdas?
— ¡Diantres! —exclamó.
— ¡Buena suerte, Jo! La vas a necesitar.
A regañadientes, se alejó de la cascada completamente empapado. Esperaba que los ancianos no le mandaran a freír espárragos. Se sentó en el centro del pentagrama y cerró los ojos. Debía conectar de nuevo con su entorno. Respiró hondo y se dejó mecer por la brisa que le acariciaba el rostro. El ruido del agua y del bosque se fue convirtiendo en un susurro y luego ya no escuchó nada. Buscó sus latidos y se dejó guiar por el ritmo que marcaban. El sonido se asemejaba al de una canción tribal y al finalizar distinguió su plano astral. Su alma ya no estaba ligada a su cuerpo.
— Ya era hora, Jovencito. Pensaba que hoy tampoco ibas a conseguirlo.
Jo, se fijó en el anciano cascarrabias que lo miraba de arriba abajo con una mueca de disgusto difícil de disimular. Se trataba de Fergal uno de los ancianos de su tribu más reputados y el que le había enseñado todo lo que sabía de lucha hasta que fue asesinado por los Lumine.
— Maestro, cuanto tiempo sin verle. ¿Cómo se encuentra?
— ¿Cuánto tiempo sin verle? Eso es lo que me vas a decir después de todo este tiempo —vociferó—. Han pasado siete años, Montreal. Y apareces así, sinvergüenza. Preguntándome cómo estoy. Estoy muerto —Josep se mordió la lengua. Ya empezaba Fergal con sus monsergas.
— Pues sigue usted en buena forma como antaño.
"Por Morrigan, Josep. Cállate de una vez. Das pena para entablar conversación". Fergal, frunció el ceño y le atizó con el báculo.
— Pues claro que lo estoy. Ni muerto bajo la guardia y menos con discípulos tan ingratos cómo tú y que por lo que veo se han olvidado de su entrenamiento espiritual. El odio te consume Josep y el odio no es buen compañero. Lo sabes. Estás dejando que te domine y si no fuera por Gabriel no habrías podido acceder a verme.
— El odio ha sido lo único que ha evitado que me quisiera marchar con ustedes, maestro —confesó—. Era lo único que evitaba que me volviera loco.
— Muchacho —Josep levantó la cabeza y al hacerlo Fergal volvió a atizarle con el báculo—, eres un druid. No lo olvides. Y el odio no puede poseerte, si lo hace, tu magia desaparecerá y te convertirás en tu propio verdugo.
— Si ese es el precio que tengo que pagar para vivir en paz conmigo mismo, no me importa.
Fergal lo observó con pena pero Josep no iba a cambiar de opinión. Se había mantenido fuerte por el odio y aún estaba en pie. Su maestro lo entendería algún día.
— ¿A qué has venido? —le preguntó Fergal sintiendo lástima de en lo que se había convertido su discípulo.
— ¿Te suena el nombre de Veryard?
— No, jamás en mis casi 400 años de vida lo había escuchado. ¿Por qué?
— Parece que está relacionado de alguna manera con los Lumine. Los cazadores que nos masacraron.
El rostro de Fergal se ensombreció.
— Nosotros nunca los conocimos por ese nombre. Huíamos de una lado a otro cuando se escuchaban los rumores del que el no muerto regresaba.
— ¿El no muerto? —preguntó perdido.
— Así conocíamos al que lideraba a los cazadores. Todos los druids lo llamaban así. Jamás supimos de algún nombre en particular. ¿Crees que ese hombre pueda tener alguna relación con ellos?
— No estoy seguro —reconoció. Se pasó una mano por la cabeza—. Tenía alguna esperanza de que me pudieras ayudar.
— Se acaba el tiempo —le avisó Fergal. El espíritu de Josep casi desaparecía—. Siento no poder ayudarte muchacho, pero me alegra de haberte visto de nuevo. Espero que lo hagas más a menudo.
Josep bajó su rostro avergonzado. Era incapaz de mirarle a la cara.
— Sé que para ti aún sigue siendo duro, pero... Josep tienes que dejarlo ir, sino jamás podrás vivir con esa paz que tanto buscas.
El viejo Fergal desapareció tras esas palabras y su espíritu regreso a su cuerpo. Gabriel que había estado esperando su regreso, le entregó un té de hierbas para que entrara en calor y le ofreció una túnica para que se tapara. Cuando se la puso, su amigo habló:
— ¿Has conseguido algo?
— Nada. Sólo un rapapolvo de Fergal.
Gab río.
— ¿Cómo en los viejos tiempos?
— Tal cual
— ¿Y qué vas a hacer?
— Necesitamos saber su identidad Gab, por alguna razón creo que ese hombre es importante en los Lumine —hizo una pausa mientras tomaba el té— ¿Crees poder enviar a alguno de tus espías en busca de información? Mandar a algunos de nuestros hombre ahora mismo. Sería un suicidio.
Gab que se encontraba recogiendo el altar se detuvo a pensarlo.
— Puede que Gala nos eche una mano.
— Eso sería fantástico.
Una vez que Gabriel recogió todo, volvieron al poblado. Y dejando que su amigo se ocupara del asunto, se acostó en su cama esperando que consiguieran noticias pronto.
Al amanecer, unos golpes en la puerta de su tienda lo despertaron. Era Gab, por lo visto ya tenía lo que le había pedido porque sonreía de oreja a oreja.
— Lo tenemos Jo. Es nada más y nada menos que el prometido de la hija de los Vidal.
Ocultó el asombro que esa confesión le produjo mientras que una nueva idea se hilaba en su mente. Al parecer iba a tener que conocer más a fondo a la pueril princesita. Y cualquier oportunidad que viniera la tomaría. Que se fuera preparando la cazadora. Aún era pronto para librarse de él.
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Origin; Libro 1: Initium(En Proceso De Edición)
ActionPrecuela/Spin Off de la Tercera Generación en España. Druids (magos) y Lumine (Cazadores) en una lucha desde tiempos antiguos. Los Druids quieren vivir en paz, pues no hacen mal a nadie ni a la naturaleza, mientras que los Lumine constantemente busc...