- ¿Cómo que se ha marchado? -preguntó Josep incrédulo mientras escuchaba a Gabriel explicarse.
-- Nadie lo ha visto desde anoche, así que no podemos descartar esa posibilidad -respondió Gabriel con la esperanza de que Josep no perdiera los nervios.
- Dime que esto es una broma, Gab.
- Siento decirte que no lo es.
- ¡Maldita sea! ¿Sabes lo qué esto significa? -Gabriel suspiró. Josep que hasta el momento se había contenido acabó explotando-. Significa que por culpa de ese palurdo vamos a tener que cambiar todo nuestros planes. Recemos para que los Dioses estén de nuestro lado y que no descubran nuestro escondite por culpa de la mala cabeza de algunos. -Josep apretó los puños e intentó relajarse. Cuando lo consiguió, preguntó-: ¿Quién fue la última persona que le vio?
Gabriel al ver que parecía más relajado contestó sin dudar.
- Su hermana, según parece tuvieron una discusión y después ya no lo volvió a ver.
- Traémela -le ordenó. Se pasó la mano por la nuca y suspiró-. Espero que no sea demasiado tarde.
Una vez que Gabriel se marchó, Josep se quedó sólo.
¿Cómo había sido tan descuidado?
La seguridad en el poblado siempre había sido su máxima prioridad y sin embargo, un simple druid enclenque había conseguido sortear sus defensas como si de un juego de niños se tratara.
¿En qué había fallado?Todo lo tenía bajo control, o eso creía hasta ese instante. Si todos sus esfuerzos y el empeño de su gente se veían manchados por este fracaso, él no sabría como darles la cara. Les prometió un hogar, les aseguró que estarían seguros con ellos, que nadie de los Lumine les llegaría a tocar un pelo de sus cabezas sin que él no estuviera para interceder. Y aún así, pecó de ingenuo al pensar que nadie podría burlar jamás su seguridad.
En ese momento llegó Gabriel y tras él con la cabeza gacha, estaba la que supuso era la hermana del prófugo.
La mujer tenía un aspecto terrible por el tiempo de encierro. Su pelo era de color blanco grisáceo y tan largo que apenas lograba dar un paso, ya que se tropezaba con él cada vez que intentaba seguir el ritmo de Gabriel. Sus ojos grises estaban hinchados por el tiempo que habían estado derramando lágrimas y suplicando por ayuda. Eso hizo que el corazón de Josep se encogiera de angustia.
¿Qué le habrían hecho esos malnacidos?
Por el mal estado en el que se encontraba y su extrema delgadez, deducía que la habían tratado peor que un animal. Esperó a que la pobre mujer llegara hasta dónde se encontraba y entonces le preguntó:
- ¿Cuál es vuestro nombre, mi señora?
- Me llamo Purificación, joven -contestó con voz desgañitada-. Pero me conocen como Puri.
Josep, al verla tan débil, hizo ademán de ofrecerle asiento, pero ella lo rechazó -no con intención de ofenderle- sino porque se sentía demasiado agradecida hacía aquellos jovenes que la habían rescatado de ese infierno que la sepultó en vida. Por eso decidió permanecer de pie, por el respeto y la profunda gratitud que les profesaba a esos chicos. A pesar de que sus pies le gritaban por descanso.
- Bien, Puri. ¿La puedo llamar así? -la mujer asintió-. Hace escasos minutos me han informado que su hermano ha desaparecido y que no se sabe nada de él desde anoche.
- Así es, joven. La última vez que lo vi fue a media noche, antes de irme a descansar. Mi hermano y yo discutimos -comentó con preocupación. Se apartó el largo flequillo de la cara y prosiguió-. A veces tenemos diferencias y bueno, como es algo muy común entre nosotros pues no le di importancia. Pero esta mañana, cuando me acerqué a su tienda para avisarle de que el desayuno estaba listo, no encontré rastro de él. Ni siquiera sus sábanas estaban desechas.
Gabriel que se había mantenido al margen, pegado a una de las paredes de piedra, intervino:
- Mi señora, siento ser indiscreto, pero ¿por qué pelearon?
Puri que hasta entonces mantuvo el tipo, prorrumpió en llanto.
- Pues lo de siempre -se quejó entre lágrimas-. Gregorio es un cabezota y cuando se le mete algo en la cabeza no hay quién le saque esa idea. Me dijo que no le gustaba este sitio, que ya había pasado el tiempo suficiente encerrado como para seguirlo estando de nuevo y que no soportaba un minuto más. Necesitaba su libertad y quería recuperarla a como diera lugar.
Josep frunció el ceño ante lo que escuchaba.
¿Por esa razón tan egoísta ahora estaban todos en peligro? No lo podía creer.
- ¿Sabes en qué lío estamos metidos por la poca cabeza de tu hermano? -le reprochó Josep incapaz de contenerse.
- Lo sé, joven. Y de verdad que no sabe lo avergonzada que me siento por lo que ha sucedido.
- La vergüenza no nos va ayudar a salvar a nuestra gente, señora.
- Josep -le llamó la atención Gabriel.
Él, ante la advertencia de su amigo, chasqueó la lengua disgustado.
Los sollozos de Purificación se hicieron más fuertes.
- Lo siento, siento todo esto. Os prometo que jamás de los jamases quería que ocurriera algo así.
- Lo sabemos, Puri -la consoló Gabriel-. Tranquilícese, tanto mi amigo cómo yo sabemos que si hubiera estado de su mano, usted no hubiera permitido que su hermano cometiera semejante tontería.
- Por supuesto, joven. Que no le quepa duda.
Josep, que ya había tenido suficiente numerito para todo el año. Volvió a preguntarle:
- Mi señora- Purificación lo miró entre lágrimas mientras él le ofrecía un pañuelo que ella aceptó gustosa-, ¿tiene alguna idea de adónde habría podido ir?
- No estoy segura. Mi hermano nunca se ha destacado por ser alguien muy cuerdo y mucho menos ahora después de haber recibido todo tipo de torturas. -Se sonó los mocos haciendo un ruido terrible. Josep y Gabriel se miraron asqueados-. Él siempre me dice que va a dónde le lleva el viento.
«Ahora resultaba que el desaparecido seguía el sino de Pocahontas», pensó Josep asombrado por la respuesta. ¿Quién demonios era ese tal Gregorio?
Con un carraspeo, Gab interrumpió sus pensamientos:
- Gracias por su ayuda, mi señora -con suavidad le pasó una mano por la espalda a la mujer y la acompañó hacia la salida de la casa de Josep-. Si necesitamos su ayuda no dude en que la avisaremos cuanto antes. Ahora puede retirarse.
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Origin; Libro 1: Initium(En Proceso De Edición)
ActionPrecuela/Spin Off de la Tercera Generación en España. Druids (magos) y Lumine (Cazadores) en una lucha desde tiempos antiguos. Los Druids quieren vivir en paz, pues no hacen mal a nadie ni a la naturaleza, mientras que los Lumine constantemente busc...