— Señor —reclamó su atención uno de los criados dejando a un lado la actual conversación—, siento interrumpirle, pero hay alguien que pide verle con urgencia.
— ¿Quién es? —preguntó—. Ahora mismo estamos bastante ocupados, así que dile que venga en otro momento.
El sirviente se dirigió a dar el mensaje, pero fue detenido en su intento por quién preguntaba por Rafael.
— Me temo Rafael que esta conversación no puede retrasarse más.
— ¿Padre Emanuel? —Rafael se levantó apresurado y se inclinó en una exagerada reverencia. De soslayo mandó a su mujer, a Nerea y a María que hicieran lo mismo. La última lo hizo a regañadientes—. Discúlpeme, si hubiera sabido que era usted no le hubiera hecho esperar ni un minuto. Por favor, siéntese. —Señaló una de las sillas libres que quedaban en la mesa—. ¿Quiere algo de beber? ¿Zumo? ¿Achicoria o quizás alguna infusión? ¿Dónde demonios están los sirvientes?
—Déjelo, Rafael. Ahora mismo no me interesan sus agasajos. Vengo a informarle de algo importante.María aguantó la risa. Ver a su padre abochornado por un cura en su propia casa le había quitado el mal humor y esperaba que el padre Emanuel siguiera haciéndolo un poco más.
— Discúlpeme, su excelencia. Si es así, quizás sea mejor que vayamos a mi despacho. Allí estaremos más cómodos.
Rafael se encaminó hacia su despacho esperando que el padre le siguiera, pero éste poco dispuesto volvió a dejarlo en evidencia.— Aunque es un asunto urgente, no sólo le atañe a usted esta vez, Rafael, sino también al resto de miembros de su familia que pertenecen a los trece. Por tanto, tanto la señorita Vidal como la señorita Camps deberían estar presentes.
— Con mucho gusto excelencia —intervino María con una sonrisa de oreja a oreja—. ¿Le gustaría que pasáramos mejor al salón? Allí podrá explicarnos la situación mientras descansa los pies. Debe de estar muy cansado después de visitar a todos sus feligreses.
— En efecto, señorita Vidal. Un padre nunca debe desatender sus funciones y entre ellas están la de cumplir con las ovejas de nuestro pastor. Estaré encantado de seguirla hacia el salón.
María henchida de éxito salió del comedor intentando disimular su triunfo y se adentró por el pasillo adornado de armaduras de su masía.
Las velas ya casi estaban derretidas después de toda la noche alumbrando, así que el sol no tardaría en iluminar la estancia. Una vez que llegaron a la entrada del salón, María invitó al padre a tomar asiento. Éste ni corto ni perezoso, observó el espacio lleno de alfombras de pieles, la chimenea sobre la que a veces María dormitaba en invierno observando la lluvia caer y los tapices con el escudo de la casa Vidal que caían colgados de los muros de piedra.
— Y bien, padre Emanuel. ¿A qué se debe ese asunto tan urgente? Espero que no sea nada relacionado con su estado de salud. Lo lamentaríamos mucho si así fuera —se sinceró Rafael mientras María le servía algo de beber al padre.
Emanuel hizo una mueca que no le pasó desapercibida a María. Hoy su padre no paraba de meter la pata.
— Siento comunicarle que estoy cómo una rosa, así que espero no decepcionarle mucho.
A María se le escapó la risa. Nunca había sido testigo de los desplantes de Emanuel hacía su padre, así que verlo en primera persona le daba cierta satisfacción sobre todo después de que la hubiera castigado por los caprichos de su madre. Emanuel después de un sorbo dejó la copa a un lado.— Anoche durante el baile de iniciación ocurrió lo impensable.
— ¿Lo impensable? —preguntó Nerea que hasta entonces se había abstenido de intervenir—. ¿A que se refiere exactamente, su excelencia?
— Pues a lo peor que podría ocurrir, señorita Camps. Anoche en algún momento durante la celebración, los herejes que teníamos detenidos pendiente de juicio desaparecieron sin dejar rastro.
— ¿Cómo que desaparecidos? Eso es imposible, la fortaleza de la familia Reyes es prácticamente inexpugnable. Nadie que no sea de la familia o alguna de los trece puede salir bien parado de allí —comentó Rafael convencido.
María y Nerea intercambiaron miradas. La primera entusiasmada y la segunda preocupada.
— Evidentemente, Rafael. No estamos tratando con simples pecadores. Estamos hablando de los frutos del diablo en este mundo. Y la brujería alcanza muchos campos que yo como siervo de Dios no alcanzo a entender y mucho menos me atrevo a reproducir —Emanuel volvió a beber y María presta a servirle le rellenó de nuevo la copa—. Por suerte, entre nosotros hay miembros que tienen mucha experiencia en este campo y que saben de sus artimañas, como el capitán Veryard y su familia, que han atrapado a muchos de esos infieles. De hecho, me ha pedido encarecidamente que cómo portavoz de los Lumine que soy, avise al resto de las familias y les comunique que es necesario que todos nos reunamos para hablar cuanto antes sobre este asunto, y si es posible darle una solución.
— ¿El capitán Veryard estará en la reunión? —preguntó María con el corazón desbocado.
— Por supuesto niña, ante estas circunstancias es el único que nos puede ayudar a esclarecer lo que ha podido ocurrir y como podemos actuar a partir de ahora.
María quiso bailar de emoción con su respuesta.
Rafael carraspeó llamando la atención de todos en la sala.— ¿Y cuándo tendrá lugar esa reunión su excelencia?
— De inmediato, de hecho ya llegamos tarde. Habéis sido los últimos en ser avisados. Tenemos que partir ya, me esperan en la fortaleza. —Se levantó y agitó la sotana mientras lo hacía—. No tarde Rafael, recuerde que es la cabeza de los Lumine, aunque si fuera por mí ya lo habría destituido hace mucho —Rafael rechinó los dientes. El padre cada vez se sobrepasaba más con él–. Hasta luego muchachas. Tengan cuidado y sobre todo cuídense de no pecar.
— Gracias por su preocupación, padre. Así lo haremos —respondió Nerea despidiéndose de él.
Cuando se cerró la puerta, María ya sabía que esa sería la mejor oportunidad para que después del fracaso del baile, el capitán se fijara en ella. No podía perder más tiempo, se pondría sus mejores galas.
ESTÁS LEYENDO
Origin; Libro 1: Initium(En Proceso De Edición)
ActionPrecuela/Spin Off de la Tercera Generación en España. Druids (magos) y Lumine (Cazadores) en una lucha desde tiempos antiguos. Los Druids quieren vivir en paz, pues no hacen mal a nadie ni a la naturaleza, mientras que los Lumine constantemente busc...